Historia de Nuestra Señora de Suyapa – 3 de febrero
La localidad de Suyapa está ubicada al este de Tegucigalpa, capital de Honduras, su nombre deriva de «Coyapa», una palabra indígena que significa «en el agua de las palmeras». Su historia probablemente se remonta a la actividad agrícola, ganadera o minera en la región. Cerca de la aldea se encuentra la montaña del Pilingüín, cubierta de verde por los pinos, y un sendero que conduce a la ranchería de Suyapa.
El Encuentro de la Virgen
La historia de Suyapa comienza con un labrador llamado Alejandro Colindres y un niño, Lorenzo Martínez, que tras trabajar en la milpa decidieron pasar la noche en la montaña. Fue allí donde Alejandro descubrió una pequeña imagen de la Virgen de la Concepción, hecha de madera de cedro. Aunque agotados, continuaron su camino al día siguiente, llevando consigo la estatuilla. Alejandro la colocó en el bolso de su camisa y, al llegar a casa, se la regaló a su madre sin decirle nada.
La familia Colindres, profundamente religiosa, veneró la imagen en su hogar durante más de veinte años. La pequeña estatuilla se convirtió en el centro de un culto familiar, sencillo y sincero. La imagen se adornaba con flores frescas diariamente, y la familia le ofrecía sus trabajos y le confiaba sus preocupaciones.
La Milagrosa Curación de José Zelaya
La devoción a la Virgen se extendió a la aldea, donde los habitantes también le tenían cariño. Cuando alguien enfermaba, llevaban la imagen a la casa del enfermo para que la Virgen lo visitara. Un día, Don José Zelaya Midence, dueño de la hacienda «el Trapiche», enfermó gravemente. Isabel Colíndres le ofreció la imagen de la Virgen para su curación, y, en agradecimiento, Don José prometió construirle una ermita. Tres días después de la visita de la Virgen, Don José expulsó las piedras que lo aquejaban desde hacía tiempo, cumpliendo así su promesa en 1768.
Pasaron casi diez años antes de que se autorizara la construcción de la ermita en la hacienda de Don José. El 28 de noviembre de 1777, el cabildo eclesiástico otorgó el permiso, y la bendición de la ermita tuvo lugar en 1780. Con el aumento de peregrinos, se realizaron continuas remodelaciones hasta llegar al estado actual del santuario, finalizado en 1947.
Basílica de Nuestra Señora de Suyapa
En 1954, Mons. José de la Cruz Turcios y Barahona, tercer arzobispo de Tegucigalpa, colocó la primera piedra del nuevo Santuario de Nuestra Señora de Suyapa. El 3 de febrero se celebra su fiesta, y fue nombrada Patrona Nacional de Honduras por el Papa Pío XII. Durante más de dos siglos, innumerables peregrinos han visitado el Santuario para orar y agradecer los beneficios concedidos a través de la intercesión de la Virgen. Incluso el Papa Juan Pablo II visitó este santuario el 8 de marzo de 1983. La historia de Suyapa es un testimonio de fe y devoción arraigada en la tradición hondureña.
Hay algunas variaciones en cuanto a la historia donde no se menciona el nombre del campesino que encontró a Nuestra Señora de Suyapa o que su nombre es diferente, pero todas concuerdan de la misma forma en como fue encontrada, también concuerdan con los milagros ocurridos como el de José Zelaya.
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