Salve Regina

Esta es una hermosa oración en honor a Nuestra Santísima Madre. Hay varias historias sobre su origen, como que fue una antífona y un cántico en látin, lo que si es seguro completamente es que tiene casi los mil años de ser rezada. El Papa Gregorio IX, casi 200 años después de las primeras veces que se recitó la oración, la aprobó en el año 1239 como canto en las iglesias.

También es la hermosa oración con la que concluimos el Santo Rosario.

La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén