Historia de los Santos Seminaristas Mártires de Tai-yuen-fu

Muchos fueron los misioneros y religiosos cristianos capturados en la misión a Tai yuen fu, también fueron apresados siete seminaristas que decidieron no separarse de los obispos y de sus misioneros. A las propuestas de renegar de la fe, que les hacía el mandarín, respondieron firmemente que “no”. También los obispos y los misioneros los exhortaron a ponerse a salvo, pero ellos les suplicaron que los dejaran participar de la gloria del martirio. Los seminaristas mártires, por razones ajenas a su voluntad, fueron sólo cinco, ellos son Juan ZhangHuan, Patricio Dong Bodi, Felipe Zhang Zihe, Juan Zhang Jingguang y Juan Wang Rui.

Juan ZhangHuan

Era Hijo de Chang Te chuen y María Lu, nacido en Pin yao. Había entrado en el seminario a los once años de edad. Estudiaba con mucha diligencia realizaba sus deberes eficientemente. De carácter muy vivo, pero ejemplar entre sus compañeros. Había progresado mucho en el estudio del chino. Había recibido ya las órdenes menores. Primero había estado en Kolao ku, y luego había pasado a Ta yuen fu, había iniciado la teología y se había hecho terciario franciscano. De carácter inquieto debió imponerse fuertes renuncias para vencerse. Muy devoto, de misa, comunión, rosario y viacrucis diarios. Pudiendo librarse del martirio rechazó resueltamente la propuesta que le hicieron en tal sentido.

Patricio Dong Bodi

Nació en Ku tchen in, China, en el año 1882. Tenía doce años cuando fue aceptado en el seminario menor de Tong el kou. Pasó al seminario mayor de Tai yuen fu y se hizo terciario franciscano. El obispo Francisco Fogolla fue su rector y este quien lo premió por su bondad escogiéndolo como compañero de viaje a Italia, con ocasión de la Exposición Misionera Mundial de Turín de 1898. Con él y otros chinos fue a Francia, Bélgica e Inglaterra, dejando en todas partes óptimas impresiones de alma santa y privilegiada. A su regreso de Italia expresó su gran deseo de hacerse Hermano Menor. Estando a punto de entrar al noviciado se desencadenó la persecución religiosa de los boxers. De Patricio se cuenta una anécdota: Mientras estaba en la cárcel, obtuvo permiso para volver al seminario por un objeto que apreciaba mucho y para saludar a los papás, familiares y amigos. Todos lo apremiaban y sus padres lo hacían con llanto, para que no volviera a la cárcel, sino que se pusiera a salvo. El rehusó enérgicamente todas las propuestas. Temiendo perder la ocasión del martirio, que parecía sería dentro de poco, volvió pronto a la cárcel. Tenía sólo 18 años.

Felipe Zhang Zihe

Nació en 1880 en Sinsian, Shansi, era hijo de unos fervorosos cristianos. Otros dos hermanos suyos también murieron mártires por la fe. A los dieciséis años sintió en forma irresistible la voz del Señor que lo llamaba al sacerdocio, entró en el seminario donde se mostró dócil, manso, y sobre todo devoto. Tardo de ingenio, tuvo que enfrentar muchas dificultades en el estudio y sobre todo en la lengua latina, dificultad que él supo superar con esfuerzo de voluntad, con empeño asiduo, propios de almas generosas y nobles que saben hacer frente a todo para realizar su propio ideal.

Los superiores y compañeros lo amaban y admiraban porque era bueno y caritativo, firme y generoso para secundar nobles iniciativas. Hacía poco había sido trasladado del seminario menor al mayor de Tai yuen fu, donde con el estudio, la oración y la disciplina se preparaba para ser un digno sacerdote de Cristo, continuador entre su pueblo de la obra evangelizadora de los misioneros. Se hizo terciario franciscano, y la espiritualidad franciscana le ayudó mucho en la elevación de su alma a Dios. La persecución de Yusien le dio la oportunidad de dar su vida por Cristo de acuerdo con sus anhelos y plegarias. Sereno y decidido subió a su Calvario, donde fue decapitado cuando apenas tenía 20 años, el 9 de julio de 1900. Un compañero de seminario que no tuvo la misma suerte, trazó de él esta descripción: “Felipe, de índole buena, era cordial y gentil con todos. Calmado y pacífico, observaba escrupulosamente el reglamento del seminario. Amaba la oración, el estudio, la meditación y era muy devoto”.

Juan Zhang Jingguang

Era el primogénito entre cinco hermanos, hijo de Simón y Ana U, fervientes católicos. Siendo niño todavía, murieron sus padres. Estuvo primero en Kolao kou; hizo rápidos progresos en los estudios, de modo que los superiores lo encargaron de enseñar las ceremonias, el latín y otras materias escolares a los compañeros más lentos para el aprendizaje. Poseía un carácter dinámico y muy irascible, cuando era vencido por su carácter lo reconocía humildemente ante su rector, el después obispo mártir Francisco Fogolla. En 1897 recibió las órdenes menores, y por los mismos días recibió el hábito de la Tercera Orden franciscana. Un compañero suyo que no tuvo la gracia del martirio lo describió así: “Juan era modelo para todos nosotros por su diligencia, empeño y constancia en el estudio. Era fervoroso en la oración, se acercaba devotamente a la comunión, participaba activamente en la santa Misa, y hacía largas meditaciones. Había logrado moderar su carácter vivaz con una amable dulzura. Todos aprendimos de él”. Al desatarse la persecución fue tomado como prisionero. Aunque tuvo la oportunidad, no quiso huir. Tenía tan solo veintidós años.

Juan Wang Rui

Nació en Wenshu, en Shansi, el 25 de febrero del año 1885, hijo de José y Cecilia Liu, ambos cristianos. Su padre era presidente de la comunidad cristiana del lugar. Juan recibió una buena formación religiosa, a la cual sirvió de apoyo su índole jovial, inquieta y resuelta. Desde joven fue atraído por las cosas espirituales, a los diez años entró en el seminario. En 1897 fue escogido con otros cuatro compañeros para ir a Italia para participar en la Exposición Misional de Turín, de donde regresaron en 1899. Juan es el mártir más joven de los seminaristas. Apreciado por su piedad y su carácter amable y jovial, era el benjamín del seminario. En Turín pronto se convirtió en el ídolo de todos. Su pabellón siempre estaba atestado de visitantes, que no se cansaban de admirar y oír orar en chino al pequeño seminarista. Ya había recibido la tonsura y hecho la profesión en la Tercera Orden Franciscana.

La Madre María de la Pasión, fundadora de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, escribe: “Juan Wang era un pequeño y simpático seminarista, sabía manejar magistralmente los instrumentos de la música china. Sus serenatas eran un poco discutibles por la armonía, pero no por ello eran menos curiosas e interesantes”. Durante el tiempo de prisión Juan jugaba e invitaba a los compañeros a jugar con él. A Fray Elías Facchini, su rector, le parecía una ligereza, por lo cual un día lo llamó: “Juan, no es tiempo para divertirse, ya se acerca el momento del martirio”. Juan sonriendo le contestó: “Pero, Padre, ¿por qué tenemos que estar tristes? ¿Si nos matan acaso no vamos al Paraíso? ¡Con mayor razón debemos estar alegres!”.

Un sacerdote chino, que poco antes del martirio del 9 de julio los había visitado, atestigua que los seminaristas estaban alegres, no temían nada, oraban y seguían en sus juegos. Juan Wuang Rui tenía 15 años y cuatro meses de edad.

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