Oración a Santa María Magdalena

María Magdalena es un gran ejemplo de santidad y de como podemos volver al camino de Jesús después de estar por mucho tiempo en el pecado.

Oración Corta a Santa María Magdalena

Señor, Dios nuestro, Cristo, tu unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Oración a Santa María Magdalena para Pedir su Intercesión

Santa María Magdalena, perla preciosa de Cristo, caída de la Mesa del Amor de Dios, profundamente perdida durante un tiempo, pero buscada y encontrada por Jesús y los suyos con inmensa solicitud y Amor.

 Tú, que escuchaste su poderosa Palabra invitándote con urgencia al arrepentimiento y a la conversión, alcánzame de Él, por tu intercesión, escuchar también yo su llamada y decidirme al arrepentimiento y a la conversión.

Tú, que en un instante fuiste perdonada por Jesús, y te encontraste de repente libre de tus graves extravíos, alcánzame de Él, por tu intercesión, la gracia de reconocer mis culpas y de recibir su perdón.

Tú, que fuiste liberada por Jesús del dominio de Satanás, y de las fuertes ataduras que te ataban a él, alcánzame de Jesús, por tu intercesión, la gracia de verme libre de todas las ataduras de pecado que no me dejan romper con él.

Tú, qué después de tu conversión lo acompañaste como discípula suya, guardando en tu corazón sus Palabra de Vida, su divino perdón, siendo testigo privilegiada de sus milagros de Amor, alcánzame de Jesús, por tu intercesión, la gracia de seguirle también yo, acogiendo su Palabra, recibiendo su perdón, siendo testigo también hoy de su Misericordia y su Amor

Tú, que no desperdiciaste ocasión alguna para demostrarle tu gratitud y amor, que ungiste sus pies en Betania seis días antes de su muerte y con tus propios cabellos los secaste, alcánzame de Él, por tu intercesión, la gracia de mostrarle siempre mi humilde agradecimiento y mi delicado amor, sobre todo en el precioso Sacramento de su Cuerpo, la Santísima Eucaristía y en mis hermanos los hombres donde se esconde Él.

Tú, que no dudaste en seguirle hasta la Cruz, en Jerusalén, y que fuiste testigo privilegiada de su resurrección, alcánzame de Jesús, por tu intercesión, la gracia de enamorarme de Él y de seguirle fielmente hasta el final

Tú, que fuiste la primera testigo de la resurrección de Jesús, y por encargo suyo te convertiste en la Apóstol de los Apóstoles; tú que seguiste cumpliendo esta misión hasta el último instante de tu vida, y continúas realizándola entre nosotros hasta el fin de los tiempos, alcánzame de Jesús, por tu intercesión, la gracia de ser Apóstol de su Misericordia, como tú, hasta el último aliento de mi vida.
Amén.

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