Oraciones a Santa María Faustina Kowalska
Santa vidente que vió a Jesús y pintó bajo su guía, el cuadro de la Divina MIsericordia.
Oración a Santa María Faustina Kowalska
Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la misericordia divina, ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a nuestros hermanos. Que tu mensaje de luz y esperanza se difunda por todo el mundo, mueva a los pecadores a la conversión, elimine las rivalidades y los odios, y abra a los hombres y las naciones a la práctica de la fraternidad. Hoy, nosotros, fijando, juntamente contigo, nuestra mirada en el rostro de Cristo resucitado, hacemos nuestra tu oración de abandono confiado y decimos con firme esperanza: «Cristo, Jesús, en ti confío”.
Amén.
Oración a Santa María Faustina Kowalska para Pedir su Intercesión
Oh Jesús, que hiciste de santa Faustina una gran devota de tu infinita misericordia, concédeme por su intercesión, si fuere esto conforme a tu santísima voluntad, la gracia de que te pido (Mencionar lo que se pide). Yo, pecador, no soy digno de tu misericordia, pero dígnate mirar el espíritu de entrega y sacrificio de Sor Faustina y recompensa sus virtudes atendiendo las súplicas que a través de ella te presento confiando en ti.
Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santa Sor Faustina Kowalska, ruega por nosotros.
Oración a Santa María Faustina Kowalska para Pedir Clemencia por Todo el Mundo
“Oh Dios de gran clemencia, Bondad infinita, el día de hoy toda la humanidad clama desde el abismo de su miseria a Tu clemencia, a Tu compasión, oh Dios, y chilla con la potente voz de la miseria.
Oh Dios clemente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra. Oh Señor, Bondad incomprensible que conoces con perfección nuestra miseria y sabes que por nuestras fuerzas no podemos ascender hasta Ti, te suplicamos anticípanos tu gracia y multiplica incesantemente Tu clemencia en nosotros, a fin de que cumplamos fielmente Tu santa voluntad durante nuestras vidas y en la hora de la muerte.
Que la omnipotencia de Tu clemencia nos resguarde de las flechas de los contrincantes de nuestra salvación a fin de que con confianza, como Tus hijos, aguardemos Tu última venida, ese día que conoces solo Tú. Y pese a toda nuestra miseria, aguardamos percibir todo cuanto Jesús nos ha prometido, por el hecho de que Jesús es nuestra esperanza: mediante Su Corazón misericordioso, como por medio de una puerta abierta, entramos al cielo.”
Amén.
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