Biografía de San Medardo – 8 de junio

Santo antiguo francés conocido por los múltiples milagros realizados a muchos católicos. Se guarda con bastante cariño la memoria de este santo.

Historia de San Medardo

Es un santo muy conocido en Francia por los milagros que realizó. Vivió en el siglo V y VI, desde niño era muy amable y caritativo con los demás, un día, encontró a un hombre llorando porque unos ladrones le habían robado sus pertenencias y su caballo, por lo que le regalo el de él, su padre en vez de molestarse, le indicó que el sería un buen sacerdote y así fue, cuando tenía 33 años fue ordenado sacerdote.

San Medardo Obispo

Con el tiempo fue ascendido a obispo de San Quintín, pero él trasladó su sede hasta Noyón, ya que era un pueblo pagano. Invitaba a los estudiantes y pobres más necesitados a su mesa, con solo orar, lograba que lloviera en tiempo de sequía y en tiempos de lluvias fuertes, al granizar, solo oraba y amainaba el granizo.

Milagros de San Medardo

Se cuentan varios milagros de él, como que poseía unas colmenas de miel de donde sacaba una muy buena miel, las abejas eran mansas y jamás atacaban a nadie ni ocasionaban problemas. Un día, un ladró intentó robar la miel, pero las abejas no lo dejaron en paz por más que corría o trataba de esconderse, al único lugar donde no lo siguieron fue a la casa de Medardo, en donde el santo hizo una oración que calmó a las abejas y por lo que el ladrón pidió perdón.

También se cuenta que poseía una plantación de uvas cerca de su casa, que eran muy deliciosas y ya era época de cosecha. Un día de noche llegaron 2 ladrones y llenaron unos sacos de uvas, pero no pudieron salir del viñero, estuvieron dando vueltas toda la noche sin encontrar la salida hasta que el santo los encontró en la mañana, los hombres pidieron perdón y solicitaron a Medardo que no los delatara y solo de esta manera pudieron salir de aquel viñedo.

San Medardo poseía una vaquita a la que le puso una campanita en el pescuezo para saber donde estaba, un día un ladrón se la robó y le quitó la campana, la tiro al suelo, pero aquella campana comenzó a sonar, el joven cubrió la campana con rocas y paja, la trató de esconder pero no dejaba de sonar, enterró la campana como último recurso pero en la noche escuchaba como sonaba aquella campana, se regresó a la casa del Santo y le regreso la vaquita, el hombre pidió perdón y le contó lo que había pasado, San Medardo le contestó que la campana no había sonado, era su conciencia que no lo dejó en paz por el pecado que había cometido.

Muerte de San Medardo

Murió en algún punto de los años 550 y 560, sus restos fueron trasladados a la abadía de Soissons.

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