Biografía de San Gerardo Mayela – 16 de octubre

Un gran sacerdote redentorista conocido por ser un gran defensor de la vida y por sus milagros.

HIstoria de San Gerardo Mayela

San Gerardo Mayela nació en Muro, Italia, a unos setenta kilómetros de Nápoles. Desde su temprana infancia, mostró una profunda devoción y amor por la Iglesia. Su madre testificó que Gerardo solo encontraba la felicidad cuando estaba arrodillado en la iglesia, especialmente ante el Santísimo Sacramento.

A los diez años, Gerardo obtuvo el permiso de su confesor para recibir la comunión cada tercer día, lo que refleja su profunda piedad. Después de la muerte de su padre, Gerardo dejó la escuela y se convirtió en aprendiz de sastre en el taller de Martín Pannuto. A pesar de las dificultades que enfrentó en su trabajo debido al maltrato de uno de los empleados, Gerardo siguió trabajando con humildad y paciencia.

Más tarde, intentó unirse a los capuchinos de Muro, donde su tío era fraile, pero fue rechazado debido a su juventud y salud frágil. Luego, trabajó como criado en la casa del obispo de Lacedogna, a pesar del carácter irascible del prelado.

A la muerte del obispo en 1745, Gerardo regresó a Muro y abrió su propia sastrería. Vivía con su madre y hermanas, compartiendo sus ganancias con los pobres y ofreciendo misas por las almas del purgatorio. Pasaba horas de la noche orando en la catedral y practicaba la penitencia.

Ingreso a la Orden de los Redentoristas

A los veintitrés años, los redentoristas predicaron una misión en Muro y Gerardo les pidió unirse a la congregación. Después de una serie de pruebas y desafíos, finalmente fue admitido. Su vida religiosa estuvo marcada por su trabajo como sastre y enfermero, su servicio a los necesitados y su don de leer las almas.

Gerardo también experimentó fenómenos sobrenaturales, incluyendo la bilocación y la lectura del pensamiento. Estos dones le permitieron ayudar a las personas y llevar a cabo su labor de caridad.

San Gerardo Majella fue conocido por su humildad y obediencia, y su vida estuvo llena de ejemplos de su profunda espiritualidad. A menudo se le consideraba un «santo» o «loco» debido a su comportamiento piadoso y su amor por Dios.

Durante su tiempo como portero en Caposele, Gerardo se destacó por su servicio a los mendigos y su capacidad para ayudar a quienes lo necesitaban. A pesar de las dificultades y problemas de salud que enfrentó, su fe y devoción nunca vacilaron.

Fallecimiento de San Gerardo Mayela

San Gerardo Mayela murió de tuberculosis en 1755 a la edad de 29 años. Sus dones milagrosos y su vida piadosa llevaron a su canonización en 1904. Su devoción como protector de las parturientas y patrón de mujeres embarazadas se extendió ampliamente, y su legado perdura como un ejemplo de santidad y servicio a los demás.

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Oraciones a San Gerardo Mayela

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