Biografía de Beata Ángeles Ginard Martí – 29 de octubre

María de los Ángeles Ginard Martí, una religiosa de las Hermanas Celadoras de Culto Eucarístico, orden religiosa que ahora es Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada gemtilicio, fue una mártir de la Guerra Civil Española.

Historia de Beata Ángeles Ginard Martí

nació el 3 de abril de 1894 en Llucmajor, Mallorca, España. Su nombre de bautismo fue Ángela Benita Sebastiana Margarita, aunque posteriormente se le conocería como María de los Ángeles cuando ingresara en la vida religiosa.

Era la tercera de los nueve hijos del matrimonio Ginard Martí, compuesto por su padre, don Sebastián Ginard García, miembro del cuerpo de la Guardia Civil que llegó al rango de capitán, y su madre, doña Margarita Martí Canals. Ambos procedían de familias mallorquinas profundamente católicas y, en este ambiente religioso, establecieron su hogar y educaron a sus hijos.

La infancia de María de los Ángeles transcurrió en diferentes localidades de Mallorca, ya que la familia se mudó buscando mejores oportunidades económicas. En Binisalem, María de los Ángeles recibió su Primera Comunión el 14 de abril de 1905, un evento que fortaleció su inclinación hacia la vida religiosa.

Un elemento importante en su vocación religiosa fue su relación con dos tías que eran monjas, especialmente una de ellas que pertenecía al monasterio de las jerónimas de San Bartolomé de Inca. Las visitas a estas tías, acompañada de su madre, despertaron en María de los Ángeles un profundo interés por la vida religiosa desde una edad temprana.

Cuando llegó a la juventud, la familia se estableció en Palma de Mallorca, donde las tres hijas mayores, incluyendo a María de los Ángeles, se dedicaron a confeccionar sombreros y bordar para contribuir a los ingresos familiares. A pesar de las tareas domésticas y las responsabilidades de cuidar a sus hermanos menores, María de los Ángeles se convirtió en la educadora religiosa de la familia. Les enseñó a rezar, el catecismo y les leía la Historia Sagrada y la vida de los primeros mártires cristianos.

Preparación Espiritual Beata Ángeles Ginard Martí

Desde temprano, María de los Ángeles mostró una profunda vida espiritual. Se levantaba temprano para asistir a misa y comulgar en la iglesia del Socorro o en la cercana parroquia de la Santísima Trinidad, donde tenía un director espiritual, el padre Sebastián Matas. Durante el día, hacía visitas al Santísimo Sacramento, rezaba el Santo Rosario, tenía momentos de oración personal y participaba en devociones especiales.

Este plan de vida espiritual la alejaba de las distracciones propias de su edad y la acercaba cada vez más a la vocación religiosa que había sentido desde su niñez. Alrededor de los veinte años, María de los Ángeles solicitó el permiso de sus padres para ingresar al monasterio de las jerónimas de San Bartolomé de Inca, donde una de sus tías monjas residía. Sus padres, reconociendo su juventud y necesidad en el hogar, le aconsejaron esperar y retrasar su decisión. Si bien deseaba entregarse a Dios a través de una vida consagrada, María de los Ángeles comprendió la situación de su familia y esperó pacientemente.

Después de un tiempo, y cuando las circunstancias familiares lo permitieron, María de los Ángeles solicitó nuevamente el permiso de sus padres. Esta vez, sus padres consintieron gustosos y la apoyaron en su decisión.

Así, el 26 de noviembre de 1921, ingresó al postulantado de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico en Palma de Mallorca. La vida religiosa le resultó familiar y se adaptó rápidamente. La adoración al Santísimo Sacramento, el propósito central de la comunidad, la llenó de un sentido de propósito y fortaleza para llevar a cabo las tareas comunitarias, como hornear el pan para la misa, confeccionar y bordar ornamentos sagrados y preparar a los niños para su Primera Comunión.

Una Gran Religiosa Española

María de los Ángeles se destacó en la vida religiosa por su humildad, piedad y su obediencia a las decisiones de sus superiores. Participó activamente en la vida de la congregación, siempre dispuesta a asumir responsabilidades y traslados según lo requerido.

Después de completar un año de noviciado y tres años de profesión temporal, María de los Ángeles fue destinada a la ciudad de Madrid, donde continuó su labor religiosa. Trabajó en Barcelona durante un período y luego regresó a Madrid, desempeñando el rol de procuradora o administradora en el convento local.

Persecución Durante la Guerra Civil Española

Sin embargo, su vida religiosa se vio ensombrecida por la Guerra Civil Española que estalló en 1936. Antes del conflicto, ya se vivían tiempos alarmantes para la Iglesia y sus miembros, con ataques a iglesias, conventos y amenazas contra sacerdotes, religiosos y fieles católicos. María de los Ángeles lamentaba profundamente la destrucción y las amenazas dirigidas a todo lo relacionado con Dios y la Iglesia.

En medio de la persecución religiosa, María de los Ángeles se refugiaba en la adoración al Santísimo Sacramento y oraba fervientemente por una solución a los problemas que asolaban a la Iglesia. Mantuvo su fe inquebrantable y ofreció su vida como mártir por el triunfo de Cristo si esa fuera la voluntad de Dios.

Captura de Beata Ángeles Ginard Martí

El 20 de julio de 1936, las religiosas, incluyendo a María de los Ángeles, se vieron obligadas a abandonar su convento y a vestirse como seglares para evitar la persecución. Durante su huida, María de los Ángeles mostró calma y tranquilizó a sus compañeras, preocupadas por la situación. Incluso afirmó: «Todo lo que nos pueden hacer a nosotras es matarnos, pero esto…» De esta manera, expresó que lamentaba más la persecución y la destrucción de lo religioso que su propia vida.

Sin embargo, el 26 de agosto de 1936, María de los Ángeles fue detenida en la vivienda donde se refugiaba, acusada por el portero, que era miembro de las milicias anarquistas. En el momento de su arresto, protegió a una mujer no religiosa que la acompañaba, declarando: «Esta señora no es monja, déjenla, la única monja soy yo.» Con estas palabras, María de los Ángeles confesó su condición religiosa y salvó la vida de la mujer no religiosa.

Fallecimiento de Beata Ángeles Ginard Martí

La llevaron a la checa de Bellas Artes, donde permaneció hasta el 26 de agosto de 1936, cuando, al anochecer, fue fusilada en la Dehesa de la Villa. Su firmeza y compasión ante la adversidad dejaron una impresión duradera en aquellos que la acompañaron.

Después del fin de la guerra, en 1941, sus restos mortales fueron trasladados al panteón de las Hermanas del Culto Eucarístico en Madrid. Posteriormente, el 19 de diciembre de 1985, fueron trasladados al convento de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico en la calle Blanca de Navarra, número 9, en Madrid. Finalmente, el 3 de febrero de 2005, los restos de María de los Ángeles Ginard Martí se colocaron en la iglesia capilla de este convento.

El proceso de canonización por martirio de Sor María de los Ángeles Ginard Martí se inició en Madrid el 28 de abril de 1987 y se clausuró el 23 de marzo de 1990. El 19 de abril de 2004, Su Santidad Juan Pablo II aprobó la publicación del decreto sobre su martirio, allanando el camino para su beatificación.

María de los Ángeles Ginard Martí es un ejemplo de fe, valentía y devoción, cuya vida inspira a otros hasta el día de hoy. Su sacrificio y firmeza en medio de la persecución religiosa en España son un testimonio de su amor por Dios y su disposición a dar la vida por su fe. Su beatificación reconoce su martirio y su legado como un ejemplo de santidad.

Más Sobre Beata Ángeles Ginard Martí

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