Biografía de San Rodrigo Aguilar Alemám – 28 de octubre

Gran sacerdote que se unió a los mártires mexicanos que fueron víctimas de la Guerra Cristera.

Historia de San Rodrigo Aguilar Alemán

San Rodrigo Aguilar Alemán, un valeroso mártir de la fe, nació en la localidad mejicana de Sayula, Jalisco, el 13 de marzo de 1875. Era el mayor de una numerosa prole compuesta por doce hermanos. Su infancia y juventud transcurrieron en el seno de una familia devota, lo que sentó las bases de su futura vocación religiosa. Desde temprana edad, Rodrigo mostró un profundo interés por la espiritualidad y destacó por su conducta ejemplar.

En 1888, a la edad de trece años, Rodrigo dio un paso crucial en su camino de fe al ingresar en el seminario auxiliar de Zapotlán el Grande, que hoy en día se conoce como Ciudad Guzmán. Allí, su inteligencia, estudiosidad y devoción lo hicieron sobresalir. Además de su dedicación a los estudios, Rodrigo comenzó a demostrar talento en la escritura y la literatura. Su pluma se convirtió en una herramienta para difundir la Palabra de Dios y promover los valores cristianos. Sus reflexiones abordaban temas importantes de la fe, como el Santísimo Sacramento y la Virgen María, y eran publicadas en la prensa local de Ciudad Guzmán. Rodrigo se convirtió en un ferviente defensor de la fe católica y en un apasionado escritor.

El camino de Rodrigo hacia el sacerdocio continuó de manera constante, y en enero de 1903, fue ordenado diácono en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Guadalajara. Su consagración marcó un hito en su vida religiosa, y en ese momento crucial, Rodrigo se encomendó a la Virgen María, que sería su guía y refugio durante toda su vida.

Ese mismo mes de enero de 1903, Rodrigo recibió la ordenación sacerdotal por manos del Arzobispo de Guadalajara, Mons. José de Jesús Ortiz. Esta ceremonia fue un momento de profunda significación para él, y confió su ministerio sacerdotal a la Virgen de Guadalupe. Desde el inicio de su carrera como sacerdote, Rodrigo demostró una devoción inquebrantable y un compromiso apasionado con su fe y su vocación.

Vida Sacerdotal de San Rodrigo Aguilar Alemán

Después de su ordenación, el padre Rodrigo Aguilar Alemán emprendió una labor pastoral en diversos lugares de México, incluyendo Atotonilco, Lagos de Moreno, La Yesca y Nayarit. En su labor evangelizadora, Rodrigo bautizó a indios huicholes, algunos de los cuales eran de edad avanzada y estaban escuchando sobre Jesús por primera vez. Su dedicación a llevar la Palabra de Dios a quienes más lo necesitaban se convirtió en un sello distintivo de su ministerio.

A lo largo de los años, Rodrigo asumió roles de liderazgo en diferentes parroquias y haciendas, siempre compartiendo su caridad y paciencia con aquellos a quienes servía. También fomentó la oración y estableció círculos de estudio y asociaciones laicas en comunidades locales. Su influencia en la vida religiosa de la región fue profunda y duradera.

En una ocasión, realizó una peregrinación a Tierra Santa, donde experimentó una profunda impresión espiritual que plasmó en su obra titulada «Mi Viaje a Jerusalén». Durante esta experiencia, Rodrigo sintió un profundo anhelo de morir mártir por su fe, un deseo que lo acompañaría en los años venideros. Sus palabras revelaron una profunda comprensión de lo que podría implicar su compromiso con Cristo.

En marzo de 1925, el padre Rodrigo fue nombrado párroco de Unión de Tula, donde continuó su labor pastoral con gran fervor. A medida que crecía la persecución religiosa en México, Rodrigo se mantuvo firme en su compromiso con la Iglesia. Su deseo de ser un mártir que derramara su sangre por Cristo se hizo evidente en sus oraciones y acciones.

Comienzan las Persecuciones

En el verano de 1926, las tensiones aumentaron con la suspensión del culto religioso decretada por las autoridades civiles. El 12 de enero de 1927, el padre Rodrigo sufrió persecución debido a su condición sacerdotal, lo que lo llevó a buscar refugio en un rancho. Sin embargo, el propietario del rancho lo delató a las autoridades, y Rodrigo se vio obligado a huir nuevamente.

El 26 de enero, el padre Rodrigo llegó a Ejutla, donde encontró un breve respiro antes de enfrentar su trágico destino. Durante estos meses de incertidumbre, el sacerdote recibió el apoyo de las adoratrices de Jesús Sacramentado en el colegio de San Ignacio, donde continuó administrando los sacramentos y oficiando la misa.

Captura de San Rodrigo y Compañeros

Previniendo cómo sería el final de sus días, Rodrigo había dicho: «Los soldados nos podrán quitar la vida, pero la fe nunca». El 27 de octubre de 1927, un ejército compuesto por 600 federales y otros agradistas invadió Ejutla y asaltó el convento donde se encontraba el padre Rodrigo, así como otros sacerdotes y seminaristas.

El padre Rodrigo fue arrestado y, a pesar de las difíciles circunstancias, siguió demostrando serenidad y valentía. Cuando uno de los estudiantes intentó ayudarlo, Rodrigo le dijo: «Se me llegó mi hora, usted váyase». Aunque estaba herido y no podría haber escapado lejos, no permitió que otros se pusieran en peligro debido a su arresto. Rodrigo también destruyó expedientes de seminaristas para proteger a otros.

Martírio de San Rodrigo Aguilar Alemán

Con la soga en el cuello, Rodrigo fue interrogado por sus captores, quienes le preguntaron: «¿Quién vive?». Sin dudarlo, respondió: «Cristo Rey y Santa María de Guadalupe». Estas palabras fueron su último testimonio de fe antes de ser ahorcado, mientras bendecía y perdonaba a sus verdugos, incluso regalando su rosario a uno de ellos. Su cuerpo colgó del árbol de mango durante horas, y Rodrigo entregó su alma a Dios con coraje y firmeza.

La vida de San Rodrigo Aguilar Alemán es un testimonio inspirador de fe inquebrantable y amor por Cristo. Su martirio en medio de la persecución religiosa en México refleja su determinación de no renunciar a su creencia, sin emitir juicio alguno contra sus perseguidores y perdonándolos hasta el final. Su legado continúa siendo una fuente de inspiración y fortaleza para la comunidad católica en México y en todo el mundo. La festividad de San Rodrigo Aguilar Alemán se celebra en su memoria cada 28 de octubre.

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Oraciones a San Rodrigo Aguilar Alemán

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