Oraciones de Santa Gertrudis la Grande

Santa Gertrudis no solo fue una gran mística que hablaba con Jesús, también fue una gran escritora. En ocasiones, escribió oraciones reveladas por nuestro señor.

Oración de Santa Gertrudis la Grande para Liberar 1000 Almas del Purgatorio

Si todos nos propusiéramos de rezar esta oración todos los días, el purgatorio estaría cerca de estar vació. Lo recomendable es rezarla a diario.

Padre eterno, te ofrezco la preciosísima Sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy a través del mundo, por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en mi propia casa y dentro de mi familia. Amen

Oración de Santa Gertrudis la Grande por la Misericordia

Oh Señor Jesucristo, la dulzura y el jubileo eterno de los que te aman, recuerda todo el presentimiento de dolor que sufriste desde el momento de Tu concepción, y especialmente en Tu entrada a Tu Pasión, cuando Tú dijiste: «Mi alma está triste hasta la muerte»; y cuando, por causa de tu abrumador temor, angustia y dolor, sudaste como gotas de sangre que caían sobre la tierra.

Acuérdate de toda la amargura de tu dolor cuando fuiste agarrado por los judíos, acusado por falsos testigos, condenado por tus tres jueces, golpeado y herido, escupido, azotado y coronado de espinas. Oh dulce Jesús, te imploro, por todos los dolores e insultos que sufriste, ten piedad de mí, un pecador.
Amén.

Oración de Santa Gertrudis La Grande para Pedir por el Alma a la Hora de la Muerte

Oh Jesús, verdadero y fructífero Vid, recuerda ahora la abundancia, la excesiva profusión con la que derramaste tu preciosa Sangre, cuando en la Cruz pisaste solo el lagar, y fuiste aplastado como un racimo de uvas maduras; cuando nos diste agua y sangre de tu costado traspasado, para que no quedara ni una gota en tu Corazón.

Entonces fuiste colgado como un manojo de mirra, y tu tierna carne se puso pálida, y tu humedad se secó dentro de ti, y la médula de tus huesos se consumió. Por esta amarga Pasión, y por el derramamiento de Tu Preciosísima Sangre, te suplico, oh muy amado Jesús, que laves mi alma en la hora de mi muerte con el agua que brotó de Tu Sagrado Lado, y la adornes con hermosura en la Preciosísima Sangre de Tu Dulce Corazón, y la hagas aceptable a Tu Vista en el olor fragante de Tu Divino Amor.
Amén.

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