Oraciones a Santa Clara de Montefalco
Santa Clara de Montefalco, nacida en 1268 en Montefalco, Italia, fue una devota religiosa conocida por su profundo amor y sacrificio en la vida religiosa. Inspirada por sus padres y hermana, Clara abrazó una vida de oración y penitencia desde temprana edad.
Ingresó a un convento y vivió con fervor, dedicando horas diarias a la oración y penitencia. Experimentó visiones místicas y sufrimientos espirituales intensos. Clara se convirtió en abadesa y ejerció un liderazgo espiritual ejemplar, atractiva para muchos. Su amor por los necesitados y su conexión con la Pasión de Cristo la distinguen, siendo canonizada en 1881. Su cuerpo incorrupto y su legado perduran como símbolos de su profundo compromiso con la fe y la caridad.
Oración Corta a Santa Clara de Montefalco
Dios de infinita misericordia, que inspiraste a Santa Clara de Montefalco a vivir una vida de profundo amor y sacrificio, te imploramos que, siguiendo su ejemplo, podamos entregar nuestras vidas por completo a Ti. Que su devoción a la Pasión de Cristo nos guíe en nuestro camino de fe y redención. Concédenos la gracia de vivir en unidad contigo, y que podamos experimentar la alegría y la paz que ella encontró en su íntima unión contigo. Santa Clara de Montefalco, ruega por nosotros.
Amén.
Oración a Santa Clara de Montefalco
Dios de bondad y amor, que iluminaste el corazón de Santa Clara de Montefalco con el resplandor de tu gracia divina, te pedimos que nos concedas la fortaleza para seguir sus huellas de entrega y sacrificio.
Ella, que abrazó la Cruz de Cristo con fervor, enséñanos a cargar nuestras propias cruces con paciencia, confiando en tu amor y en tu divina providencia.
Que su ejemplo de vida contemplativa y oración constante nos inspire a buscar siempre tu presencia en nuestras vidas, y que su devoción a la Pasión de tu Hijo nos recuerde el inmenso amor con el que nos has amado.
Santa Clara de Montefalco, intercede por nosotros ante el trono de Dios, ruega por nuestras necesidades y súplicas, y ayúdanos a vivir en conformidad con tu voluntad divina.
Que podamos experimentar la alegría y la paz que tú encontraste al unirte íntimamente con Dios, y que podamos llevar tu luz y tu amor a todos aquellos que necesitan esperanza y consuelo.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, quien vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
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