Oraciones a San Patricio
Es el santo más grande e importante de Irlanda. Es muy querido en dicho país que es de los más Católicos del mundo. Hizo crecer a la iglesia Católica de una manera impresionante en Irlanda. Sus grandes hazañas se han ido contando de generación en generación a través de los siglos.
Oración Corta a San Patricio
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de Cristo. Llenaste al mundo con el resplandor del Evangelio
y la fuerza poderosa de la Trinidad.
¡Te invocamos San Patricio Ayúdanos y Protégenos!
“En el Señor está la salvación, que tu salvación, Señor,
esté siempre con nosotros”.
Amén
Oración Litúrgica a San Patricio
Oh Dios, que has enviado a San Patricio, tu siervo y apóstol, para predicar tu gloria a los pueblos de Irlanda: concédenos, te suplicamos, seguir su ejemplo de evangelización y servirte con fe, esperanza y caridad. Que por su intercesión, podamos crecer en santidad y fidelidad, y así llevar tu luz y amor a los corazones de todos los que encontramos en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración de San Patricio para Pedir Protección
«Me envuelvo hoy día y ato a mí una fuerza poderosa la invocación de la Santísima Trinidad y las Tres Divinas Personas. Me envuelvo hoy día y ato a mí la fuerza de Jesucristo, Hijo de María siempre virgen, con su bautismo, la fuerza de su crucifixión y entierro, la fuerza de su Resurrección y Ascensión la fuerza de su vuelta para el juicio de la eternidad.
Me envuelvo hoy día y ato a mí la fuerza del amor de los Querubines, la obediencia de los Angeles, el servicio de los Arcángeles, la esperanza de la resurrección para el premio, las oraciones de los patriarcas, las predicciones de los profetas, las predicciones de los apóstoles, la fe de los mártires, la inocencia de las santas vírgenes, las buenas obras de los confesores.
Me envuelvo hoy día y ato a mí el amor maternal y la pureza virginal de María Santísima, hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y esposa de Dios Espíritu Santo.
Me envuelvo hoy día y ato a mí la fuerza de Dios para orientarme. El poder de Dios para sostenerme, la sabiduría de Dios para guiarme, el ojo de Dios para prevenirme, el oído de Dios para escucharme, la palabra de Dios para apoyarme, la mano de Dios para defenderme, el camino de Dios para recibir mis pasos, el escudo de Dios para protegerme, los ejércitos de Dios para darme seguridad contra las trampas de los demonios, contra las tentaciones de los vicios, contra las inclinaciones de la naturaleza, contra todos los que desean el mal, de lejos o de cerca, estando yo solo o en la multitud.
Convoco hoy día a todas esas fuerzas poderosas, que están entre mí y esos males contra las encantaciones de los falsos profetas, contra las leyes negras del paganismo, contra las leyes falsas de los herejes, contra la astucia de la idolatría, contra los conjuros de brujas, brujos y magos, contra la curiosidad que daña el cuerpo y el alma del hombre.
Invoco a Jesucristo que me proteja hoy día contra el veneno, el incendio, el ahogo, las heridas, para que yo pueda alcanzar abundancia en premio.
Jesucristo conmigo,
Jesucristo delante de mí,
Jesucristo detrás de mí,
Jesucristo a mi derecha,
Jesucristo a mi izquierda,
Jesucristo en la anchura,
Jesucristo en la longitud,
Jesucristo en altura,
Jesucristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí,
Jesucristo en la boca de todos los que hablan de mí,
Jesucristo en todo ojo que me ve,
Jesucristo en todo oído que me escucha.
Del Señor es la salvación, De Jesucristo es la salvación, Tu salvación, Señor, esté siempre con nosotros.»
Amén
Oración a la Santísima Trinidad de San Patricio
Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la fe en sus tres personas, por medio de la confesión de la unidad del Creador del universo.
Me levanto hoy, por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de su crucifixión y de su sepulcro, por medio de la fuerza de su resurrección y su asunción, por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de querubines, en obediencia de los ángeles, en servicio de arcángeles, en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa, en las oraciones de los patriarcas, en las palabras de los profetas, en las prédicas de los apóstoles, en la inocencia de las santas vírgenes, en las obras de todos los hombres de bien.
Me levanto hoy por medio del poder del cielo: luz del sol, esplendor del fuego, rapidez del rayo, ligereza del viento, profundidad de los mares, estabilidad de la tierra, firmeza de la roca.
Me levanto hoy por medio de la fuerza de Dios que me conduce: poder de Dios que me sostiene, sabiduría de Dios que me guía, mirada de Dios que me vigila, oído de Dios que me escucha, Palabra de Dios que habla por mí, mano de Dios que me guarda, sendero de Dios tendido frente a mí, escudo de Dios que me protege, legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud.
Yo invoco este día a todos estos poderes entre mí y el maligno, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las leyes negras de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra las obras y astucia de la idolatría, contra los encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor del cuerpo y del alma.
Cristo, sé mi escudo hoy, contra venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda yo recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo, Cristo delante mí, Cristo detrás de mí, Cristo dentro de mí, Cristo debajo mí, Cristo sobre mí, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo cuando me acuesto, Cristo cuando me siento, Cristo cuando me levanto, Cristo en la anchura, Cristo en la longitud, Cristo en la altura, Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí, Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí, Cristo en los ojos de todos los que me ven, Cristo en los oídos de todos los que me escuchan.
Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la fe en sus tres personas, por medio de la confesión de la unidad del creador del universo.
Amén
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