Oraciones a San José Cafasso

San José Cafasso fue un gran guía para muchos santos y sacerdotes, uno de ellos fue San Juan Bosco. Con esto es suficiente para saber lo increíble que fue en su vida.

Oración a San José Cafasso

Querido San José Cafasso, Tú, que fuiste el apóstol de los albañiles, de los encarcelados, de los condenados a muerte, de la gente pobre de tu época, haz que los que están en una vida de miseria, puedan sentir el amor de Dios cerca de ellos.

Te encomendamos especialmente a quienes tienen la cárcel del pecado en el corazón O que están presos por sus errores; Intercede para todos un arrepentimiento sincero Y la potencia de la Misericordia de Dios.

Intercede para nosotros el don de una fe sincera, de una esperanza viva, de una caridad fiel.

Concédenos del Señor, por tu potente intercesión, las gracias que necesita nuestra vida, cuida y protege a nuestras personas queridas.

Corta Oración a San José Cafasso

Tú diste, Señor, a San José Cafasso, sacerdote, dones extraordinarios de caridad y sabiduría para formar en la escuela del Evangelio a los ministros de la Palabra y del Perdón: concédenos también a nosotros ser instrumentos de tu paz.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Oración a San José Cafasso para Evitar el Purgatorio

Oh mi dulce Jesús, aparte de las mil gracias que me has conferido en el curso de mi vida, te solicito por esta más: cuando mi ánima se haya separado de este planeta, no solo no va a ser condenada al Averno, mas que no se va a ver obligada a continuar lejos de Ti ni tan siquiera momentáneamente en el Purgatorio.

Es verdad que soy un deudor de la Justicia Divina, mas espero abonar todas y cada una mis deudas por los méritos infinitos de Tu Pasión y Muerte.

¡Oh, cielo, urbe santa de mi Dios, mi querida tierra natal! ¡Oh, cuánto suspiro por ti! ¡Oh día feliz en el momento en que te alcanzaré! Oh, cielo, mi querido cielo, ven pronto y satisface los deSeos de un corazón miserable que suspira por ti!

Dios mío, admito cualquier clase de muerte que te plazca mandarme, con todos y cada uno de los terrores, todos y cada uno de los dolores, todos y cada uno de los sufrimientos que justamente la van a acompañar.

Finalmente, te solicito que admitas la destrucción de mi cuerpo como el último acto de homenaje que puedo ofrecer a tu Suprema Majestad Divina, en satisfacción por las ofensas cometidas en el curso de mi vida.

Oh María, te solicito una gracia más: Obtén de tu Hijo Divino a fin de que muera, mas que pueda fallecer contigo, y que pueda volar al Cielo junto contigo.

Oh Madre misericordiosa, concédeme eso cuando mi ánima sea liberada de este miserable cuerpo, pueda ir de forma inmediata a hallarte en el Cielo, allá para empezar esa vida que va a ser mi ocupación para toda la eternidad.

Requiem aeternam dona mihi, Domine, et lux perpetua luceat mihi. Requiescam in pace.

Amén.

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