Oraciones a San Agustín de Hipona
San Agustín de Hipona, nacido en el año 354 d.C., fue un teólogo, filósofo y obispo en el norte de África. Su camino desde una vida de búsquedas mundanas hasta convertirse en un escritor prolífico y figura influyente en la teología cristiana está bien documentado en su obra autobiográfica «Confesiones». Las enseñanzas de Agustín, en particular sus ideas sobre el pecado original, la gracia y la naturaleza de Dios, tuvieron un impacto duradero en el cristianismo occidental y la filosofía. Sus obras, como «La Ciudad de Dios» y «La Doctrina Cristiana», siguen siendo estudiadas y reverenciadas por sus profundas reflexiones sobre la fe y la espiritualidad.
Es uno de los más grandes santos de la iglesia Católica. Ha influido enormemente en la iglesia, así como en la vida monástica.
Oración a San Agustín de Hipona
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en San Agustín para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de Tí, fuente de sabiduría, te busquemos como el único amor verdadero y sigamos los pasos de tan gran santo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
Oración a San Agustín de Hipona de San Juan Pablo II
¡Oh gran Agustín, nuestro padre y maestro!, conocedor de los luminosos caminos de Dios, y también de las tortuosas sendas de los hombres, admiramos las maravillas que la gracia divina obró en ti, convirtiéndote en testigo apasionado de la verdad y del bien, al servicio de los hermanos.
Al inicio de un nuevo milenio, marcado por la cruz de Cristo, enséñanos a leer la historia a la luz de la Providencia divina, que guía los acontecimientos hacia el encuentro definitivo con el Padre.
Oriéntanos hacia metas de paz, alimentando en nuestro corazón tu mismo anhelo por aquellos valores sobre los que es posible construir, con la fuerza que viene de Dios, la «ciudad» a medida del hombre.
La profunda doctrina que con estudio amoroso y paciente sacaste de los manantiales siempre vivos de la Escritura ilumine a los que hoy sufren la tentación de espejismos alienantes.
Obtén para ellos la valentía de emprender el camino hacia el «hombre interior», en el que los espera el único que puede dar paz a nuestro corazón inquieto.
Muchos de nuestros contemporáneos parecen haber perdido la esperanza de poder encontrar, entre las numerosas ideologías opuestas, la verdad, de la que, a pesar de todo, sienten una profunda nostalgia en lo más íntimo de su ser.
Enséñales a no dejar nunca de buscarla con la certeza de que, al final, su esfuerzo obtendrá como premio el encuentro, que los saciará, con la Verdad suprema, fuente de toda verdad creada.
Por último, ¡oh san Agustín!, transmítenos también a nosotros una chispa de aquel ardiente amor a la Iglesia, la Católica madre de los santos, que sostuvo y animó los trabajos de tu largo ministerio.
Haz que, caminando juntos bajo la guía de los pastores legítimos, lleguemos a la gloria de la patria celestial donde, con todos los bienaventurados, podremos unirnos al cántico nuevo del aleluya sin fin.
Amén.
Oración de San Agustín de Hipona para Encontrar la Paz
Dios mío, mi corazón es un ancho mar siempre revuelto por las tempestades: Haz que en ti encuentre la paz y el descanso.
Tú que mandaste al viento y al mar que se calmaran, y al oír tu voz se apaciguaron, ven ahora a caminar sobre las olas de mi corazón para que recobre la paz y la tranquilidad y pueda poseerte como mi único bien, y contemplarte como la luz de mis ojos, sin confusión ni oscuridad.
Que mi alma, Dios mío, quede libre de los confusos pensamientos de este mundo, se refugie a la sombra de tus alas y encuentre allí el lugar del consuelo y de la paz.
Amén.
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