Biografía de Santo Tomás Moro – 22 de junio
Los políticos también tienen a su santo, pero en el caso de Santo Tomás Moro, a pesar de su puesto, fue un hombre humilde y correcto.
Historia de Santo Tomás Moro
En Cheapside, Inglaterra nace Tomás Moro en el 1478. Cuando tenía 13 años, trabajó en la casa del arzobispo de Canterbury como mensajero, por lo que aquí de primera mano, el arzobispo notó la gran inteligencia del muchacho y lo invitó a estudiar en Oxford.
Estudios Universitarios
Al entrar en la universidad, Tomás pasaba mucho tiempo estudiando y en la biblioteca ya que, su papá le mandaba dinero solo para lo necesario de sus estudios, por lo que no le quedaba para otras cosas y por esta razón el mismo santo lo agradece. Cuando tenía 22 años se graduó con doctorado en abogacía. Aún con tal grado de estudio, siempre buscaba excelentes libros para leer y seguir aprendiendo.
Religioso y luego padre de familia
Le llegaron dudas acerca de cuál era la vocación para la cual Dios lo tenía destinado. Al principio se fue a vivir con los monjes cartujos, pero luego de 4 años se dio cuenta de que no era la vocación que Dios tenía para él. Ingresó a la orden de los franciscanos, pero resultó que tampoco era lo suyo. Pensando que su vocación no era ser religioso, se casó, tuvo cuatro hijos y fue un excelente esposo y padre. Aún estando casado, sintió que había algo más para él la que era ser escritor y actuar en el gobierno.
A los seis años de contraer matrimonio, su esposa Jane Colt murió. Con el tiempo volvió a contraer matrimonio con Alice More, con quien estuvo casado hasta el día de su muerte en 1535.
Santo Tomás Moro fue un gran escritor
Para su familia y personas cercanas, Santo Tomás era un excelente hombre y muy amigable. Con frecuencia visitaba los barrios pobres para ver cuáles eran las necesidades de las personas y acostumbrara a invitar a los más necesitados a comer a su casa. Debido a su gran inteligencia muchas personas importantes lo visitaban para hablar de temas de suma importancia, así como de los libros que publicaba. Su esposa se admiraba al verlo siempre de buen humor.
Entre los libros escritos por el santo, había varios que hablaban sobre los protestantes, pero el que lo hizo famoso en toda Europa fue el llamado Utopía. Un libro que nos narra la historia de una nación utópica o que es casi imposible que exista, donde los ricos eran buenos con los pobres.
Santo Tomás Moro el santo patrono de los políticos
El joven abogado Tomás Moro fue aceptado como profesor de uno de los más prestigiosos colegios de Londres. Luego fue elegido como secretario del alcalde de la capital. En 1529 fue nombrado Canciller o ministro de Relaciones Exteriores. Aún con este cargo, era alguien muy sencillo y humilde. Asistía a misa a diario y se confesaba con frecuencia. Era famoso entre los pobres que agradecían a Dios que un canciller se preocupara por ellos. Pero Tomás sabía lo ambicioso que era el rey Enrique VIII, decía que, si al rey le ofrecían de regalo una casa por su cabeza, no dudaría en mandarlo a decapitar.
Enrique VIII funda la iglesia anglicana
Ya llevaba dos años como Canciller cuando sucedió en Inglaterra un hecho terrible contra la religión católica. El rey Enrique VIII se divorció de s esposa y se fue a vivir con Ana Bolena. El Papa no aceptó este divorcio, por lo que el rey se declaró jefe Supremo de la religión dentro de la nación, y dijo que quien no lo tomara a él como el Papa de la iglesia, sería ejecutado. Muchos católicos murieron por oponerse a todo esto.
Era obvio que Tomás Moro no aceptaría ni el divorcio ni al rey como Papa, por lo que Enrique VIII destituyó de su puesto al santo, le quitó todos sus bienes y lo encerró en la torre de Londres. Junto a Santo Tomás también estaba encerrado San Juan Fisher, ya que el tampoco aceptó ni el divorcio ni al rey como Papa. 15 mese pasó encerrado Tomás en esta torre.
Ya que el rey no obtuvo apoyo de la iglesia Católica, decidió fundar su propia iglesia, de esta manera, comienza una nueva iglesia protestante, la llamada Anglicana.
Prisión y Muerte de Santo Tomás Moro
A su hija Margarita, Tomas le escribió muchas cartas para consolarla, una de ellas dice: «Con esta cárcel estoy pagando a Dios por los pecados que he cometido en mi vida. Los sufrimientos de esta prisión seguramente me van a disminuir las penas que me esperan en el purgatorio. Recuerda hija mía, que nada podrá pasar si Dios no permite que me suceda. Y todo lo permite Dios para bien de los que lo aman. Y lo que el buen Dios permite que nos suceda es lo mejor, aunque no lo entendamos, ni nos parezca así».
La última vez que Margarita visitó a su padre en la prisión, vieron los 2 cómo llevaban a martirizar a 4 monjes cartujos que se negaron a lo que el rey les pedía, en ese momento Tomás mencionó que era una bendición si el también pasara por eso.
Se llevó a Tomás ante un consejo de guerra, se le dijo que aceptara lo que el rey le pedía, a lo que el santo se negó rotundamente diciendo que prefería la salvación de su alma que aceptar el pecado que el rey le pedía. Tomás fue sentenciado a muerte y se le encerró de nuevo en la prisión de la torre.
En la madrugada del 6 de julio de 1535 se le comunicó que lo llevarían al sitio donde sería martirizado, él se puso su mejor traje y con buen humor tomó la situación. Al llegar al sitio donde lo iban a matar rezó despacio el Salmo 51: «Misericordia Señor por tu bondad». Luego prometió que rogaría por el rey y sus demás perseguidores, y declaró públicamente que moría por ser fiel a la Santa Iglesia Católica, entonces fue decapitado.
Su canonización fue realizada en el año 1935 por el papa Pío XI. La fiesta de Santo Tomás Moro era el 9 de julio, pero posteriormente fue cambiada al 22 de junio junto a la de John Fisher.
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