Biografía de las Santas Fusca y Maura de Rávena
Estas 2 santas romanas conocieron el cristianimos y decidieron dejar todo para seguir a nuestro Salvador. Fueron cruelmente torturadas por defender su fe.
Historia de las Santas Fusca y Maura de Rávena
La historia cuenta que Fusca nació al interior de una familia pagana originaria de Rávena, en la antigua Roma. Maura era la nodriza de Fusca, es decir, la mujer que se encargó de cuidarla y criarla cuando era pequeña.
Cuando Fusca tenía 15 años de edad, le contó su mayor secreto a Maura, era que había oído hablar del Señor Jesús y que tenía el deseo de convertirse y recibir el sacramento de la iniciación cristiana, el bautismo. Estas palabras tocaron el corazón de Maura. Ambas buscaron a un sacerdote llamado Hermoloa, para que las encaminara en la vida del señor y las bautizara.
El Comienzo de la Tortura
El padre de Fusca se enteró de la situación lo que hizo que se enfureciera con Maura, culpándola de haber causado un gran deshonor a la familia. El padre ordenó que las dos fueran encerradas en los sótanos de la casa, donde permanecieron tres días sin recibir comida ni bebida. La intención del padre de Fusca era darles un escarmiento tal que ambas pidieran perdón por haberse bautizado y no siguieran con su fe en Cristo.
Pero para decepción del padre, esto no sucedió. Aquel hombre buscó por otros medios que su hija retorne al culto pagano de la familia. Como no pudo doblegar su voluntad, la denunció al gobernador Quinciano, quien ya había condenado al martirio a Santa Águeda poco tiempo atrás. Fusca, consciente del destino que le deparaba, tras ser acusada, se encomendó a Dios y declaró que no temía ni a los tormentos ni a la muerte, porque confiaba en las promesas de Cristo y creía en la resurrección.
Fallecimiento de las Santas
Quinciano envió a sus hombres para que se lleven a Fusca y a su nodriza, pero un ángel del Señor se paró al lado de ambas para protegerlas. Los soldados asustados no se atrevieron a ejecutar las órdenes. Posteriormente las dos mujeres fueron forzadas a comparecer ante el tribunal romano y, sin miedo, frente a sus miembros volvieron a confesar su fe en Jesucristo.
Según se cuenta en las Actas de Martirio, Fusca y Maura fueron primero flageladas y posteriormente asesinadas el 13 de febrero del año 251.
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