Biografía de Santa Francisca Javier Cabrini – 22 de diciembre
Santa de protectora de los inmigrantes, ya que ella se preocupo mucho por sus contemporáneos italianos que viajaban a América en busca de nuevas oportunidades.
Historia de Santa Francisca Javier Cabrini
Francisca Javier Cabrini la hermana menor de 13 hermanos. Nació el 15 de julio del año 1850 en Sant’Angelo Lodigliano, en Lombardía, Italia. Era hija de Agustín y de Stella Oldini. Su familia era campesina y muy cristiana, donde la práctica diaria de la misa y el trabajo eran amados como una misión y la caridad para con los pobres se practicaba generosamente. Se inscribió muy joven en la Orden Franciscana Seglar, de cuya espiritualidad tanto habría de tomar para su apostolado misionero.
Su salud era bastante débil y luego de la muerte de sus padres, intentó ingresar entre las Hijas del Sagrado Corazón y luego entre las Hermanas Canossianas, pero no fue recibida a causa de sus condiciones físicas. Francisca entonces, siendo diplomada como maestra, aceptó ocuparse de la educación de los niños huérfanos. La maestra lombarda débil y desheredada, quiso dedicar su vida a la asistencia de los débiles y desheredados. Con la aprobación y bendición del obispo, fundó el Instituto de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús. En Roma y en Castel San Giovanni encontró al obispo de Piacenza, Monseñor Juan Bautista Scalabrini, quien la invitó a dedicarse a la misión en favor de los emigrantes italianos.
Italianos en el Nuevo Continente
En aquella época, muchos italianos emigraban a América en busca de trabajo. Partían como manadas envilecidas y al llegar a países extranjeros, sin providencias sociales y escasa asistencia civil, se embrutecían entre calamidades, miseria e ignorancia. Cuando la madre Cabrini supo que la cantidad de italianos emigrantes era demasiado grande y que estaban privados de asistencia material y espiritual, se embarcó para América y se estableció en Nueva York. Viajo por el océano Atlántico 24 veces. Todos aquellos emigrantes se hacían amigos de la madre Cabrini, amontonados en los puentes de las naves, acampados en las márgenes de las ciudades, absorbidos por las fábricas, engullidos por la miseria, dispersos y abandonados en vastas zonas.
La madre Cabrini a pesar de su débil salud, reveló una resistencia y una energía indómitas. Comenzó a recoger los huérfanos de los emigrantes, construyó el hospital Colombo en Nueva York, abrió una escuela en Buenos Aires, luego Otro Hospital en Chicago, preventorios en California, hospicios en otras ciudades de América. A quien se maravillaba, les respondía: “No somos nosotros, quienes hacemos esto, ¡es Jesús!”.
Fallicimiento de Santa Francisca Cabrini
La asistencia material habría sido estéril si la madre Cabrini no hubiera sido madre: si no hubiera estado al lado de los emigrantes, de los abandonados, hasta en las cárceles. Llegó a ser así la mujer fuerte, admirada de los más poderosos hombres del mundo americano. Logró desarrollar una actividad prodigiosa, a dar vida a realizaciones imponentes. La muerte le llegó durante una permanencia en Chicago el 22 de diciembre del año 1917 cuando tenía 67 años de edad.
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