Biografía de San Pacífico de San Severino – 24 de septiembre
Santo perteneciente a la gran comunidad de Frailes Franciscanos quién fue conocido por su gran Santidad en San Severino, Italia.
Historia de San Pacífico de San Severino
Carlos Antonio nació en San Severino, Marcas, Italia, el 1 de marzo de 1653. Era hijo de Antonio María Divini y María Angela Bruni, también era último de 13 hijos. Después de que sus padres fallecieran, fue acogido por el tío materno Luzizo Bruni, prior de la catedral de San Severino Marcas, un hombre que era conocido en el pueblo por ser muy culto y un buen sacerdote, pero muy austero. A los 17 años abrazó la vida religiosa entre los Hermanos Menores y fue allí donde cambió su nombre por el de Pacífico. El 28 de diciembre del año 1671 fue admitido a la profesión religiosa, estudió luego filosofía y teología y el 4 de junio de 1678 fue ordenado sacerdote en Fossombrone.
En el convento del Crucifijo de Treia trabajó intensamente para prepararse en apostolado y en la enseñanza. El 25 de septiembre del año 1681 lo nombraron como predicador y lector. Durante tres años enseñó filosofía y ejerció la predicación.
Gran Predicador de San Severino
Por 10 años recorrió muchas veces los caminos de las verdes Marcas, incansablemente caminó por pueblos y ciudades; predicó en muchas las iglesias, en todas las plazas, en los santuarios, fue un incansable difusor de la verdad. Su palabra sacudió a los fieles; su celo conmovió a los tibios; su humildad mortificó a los soberbios. Se recordó mucho tiempo en las Marcas la predicación elevada y persuasiva del fraile franciscano, hasta que un día las enfermedades y fatigas le llegaron y lo forzaron a retirarse inmóvil al convento de Forano.
Se enfermó de las rodillas cuando tenía 45 años y vivió hasta los 68 años, siempre más enfermo y siempre más severo consigo mismo, afligido por la incomprensión, y herido por la calumnia. Ante las injustas acusaciones que le hacían muchas personas, Pacífico no se defendió. Se mantuvo en silencio y en aquella agradable paz del alma laboriosamente conquistada con una vida de arduo trabajo y sufrimiento.
Fallecimiento de San Pacífico
Su salud iba empeorando cada vez más. Le salió una llaga en la pierna derecha, luego comenzó a padecer de sordera y la ceguera le avanzaba de a poco, tanto que en los últimos años de su ya no podía celebrar la Santa Eucaristía, ni escuchar las confesiones de los fieles o participar en la vida de la comunidad. Alejandro Calvi, obispo de San Severino el 11 de junio de 1721 fue a visitarlo y en aquella ocasión escuchó unas palabras importantes del santo: “Excelencia, al Paraíso, al Paraíso, usted va primero y yo lo seguiré un poco después”. Esa misma tarde el obispo enfermó y murió el 25 de julio. Poco más tarde Pacífico también fallecería, a la edad de 68 años, el 24 de septiembre de 1721.
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