Biografía de San Olaf de Noruega – 29 de julio
Fue rey de Noruega y el máximo responsable de que el cristianismo creciera en su reino.
Historia de San Olaf de Noruega
San Olaf de Noruega, mártir y rey nació en el año 995 y falleció en 1030. Hijo del rey Harald Grenske de Noruega, fue bautizado en el año 998 en su país natal, aunque algunos registros indican que su bautismo ocurrió alrededor del 1010 en Rouen, Francia, a manos del Arzobispo Robert. Durante su juventud, participó en expediciones vikingas en Inglaterra, donde se sintió profundamente atraído por el cristianismo.
Tras enfrentar diversas dificultades, San Olaf ascendió al trono de Noruega y se propuso erradicar el paganismo para establecer el cristianismo como la base de su reino. Actuó como un gran legislador eclesiástico y al igual que su ancestro, Olaf Trygvesson, combatió tenazmente las creencias y costumbres ancestrales, destruyendo templos paganos y erigiendo iglesias cristianas en su lugar.
Con el objetivo de fortalecer la Iglesia en su territorio, San Olaf atrajo a obispos y sacerdotes de Inglaterra, siguiendo el ejemplo del rey San Cnut en Dinamarca. Algunos de estos clérigos, como Grimkel, Sigfrid, Rudolf y Bernhard, son mencionados por nombre. Parece que adoptó el modelo de organización eclesiástica anglo-sajona para su reino.
Sin embargo, su ferviente impulso por la unificación y la lucha contra el antiguo sistema condal despertó resentimientos y provocó una rebelión en su contra. Los clanes noruegos solicitaron ayuda al rey Cnut de Dinamarca e Inglaterra, quien con gusto intervino y expulsó a Olaf, tomando el trono noruego para sí.
Fallecimiento de San Olaf
San Olaf, en su exilio, regresó a Noruega dos años después con un ejército y se enfrentó a sus oponentes en Stiklestad el 29 de julio de 1030. En esa célebre batalla, luchó con valentía, pero fue mortalmente herido y cayó en el campo de batalla mientras oraba «Dios, ayúdame».
Después de su muerte, muchos relatos milagrosos sobre él se propagaron y su fama de santidad creció en gran medida. Su cuerpo fue exhumado un año después y colocado en el altar mayor de la iglesia de San Clemente en Nidaros (hoy Trondheim). Desde entonces, San Olaf fue venerado como santo tanto por el pueblo noruego como por el pueblo romano.
Su culto se extendió ampliamente en la Edad Media, no solo en Noruega, sino también en Dinamarca y Suecia. Incluso en Londres, una iglesia dedicada al canonizado rey de Noruega, San Olaf, fue erigida en Hart Street. En 1856, se construyó una grandiosa iglesia de San Olaf en Christiania, la capital de Noruega que ahora se llama Oslo, donde una valiosa reliquia de San Olaf, donada por el Museo Real Danés, es preservada y venerada. El escudo de armas de Noruega muestra un león con el hacha de San Olaf en su pata delantera.
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