Biografía San Lucífero de Cagliari – 20 de mayo

Uno de los obispos que luchó contra la herejía arriana y apoyó grandemente a San Atanasio.

Historia de San Lucífero de Cagliari

Lucífero fue obispo de Cagliari y logró pasar a la historia por su intervención en la controversia arriana como firme defensor de la ortodoxia nicena y del gran obispo San Atanasio de Alejandría.

Se cuenta que poseía un carácter violento y que era una persona no muy culta. Su lengua es la del pueblo, cuyas expresiones emplea de continuo. Pero era hombre de fe firme y de ideas claras, especialmente estaba muy seguro de qué había querido decir Nicea respecto a la divinidad de Cristo y no podía admitir que se tuviera por católico quien no comulgara con la definición del Concilio. Él no admitía que dicha definición pudiera ser revisada o aguada por interpretaciones complacientes con el gusto arriano.

El Apoyo a San Atanasio

Tras el sínodo de Arlés del que sucedió en el año 353, el papa Liberio le encomienda se entreviste con el emperador Constancio a fin de que se convoque un nuevo concilio. El nuevo concilio fue convocado para Milán en 355 y habiendo en él suscrito la mayoría de los obispos una fórmula ambigua de fe, él fue uno de los pocos que se opusieron a esta debilidad, y por ello fue desterrado por el emperador a Oriente. Aquí estuvo hasta el año 362, donde tendría una intervención sonada cuando en Antioquía se permitió consagrar obispo a Paulino, el jefe del grupo eustaciano, que más tarde y contra la opinión de Lucífero se unió a los seguidores del obispo Melecio.

Entre los años 355 y 361, se dirige al emperador Constancio con una serie de escritos, que aún hoy en día se conservan. Sus títulos ya indican la mente de Lucífero: Que no hay que convenir con los herejes; Sobre los reyes apóstatas; A favor de San Atanasio; Sobre no perdonar a los que delinquen contra Dios; Hay que morir por el Hijo de Dios.

La Separación de Lucífero

Esta continua toma de postura tan vehemente le alejó de sus propios amigos. En el sínodo de Alejandría del año 362 aceptó la Iglesia a Melecio de Antioquía y a los Obispos arrianos arrepentidos, Lucífero rompe relaciones con San Atanasio y con todo el resto de la Iglesia que aceptó las conclusiones de aquel sínodo, negándose a tal resolución y sosteniendo que quienes habían negado la divinidad del Hijo de Dios no podían, ni arrepentidos, volver a ser pastores en la Iglesia. Lucífero no se vio solo.

Tuvo seguidores, algunos de los cuales tomaron la pluma y expusieron su fe y sus reclamaciones. De entre ellos nombremos al diácono romano Hilario, que sostenía la necesidad de rebautizar a los arrianos conversos, el presbítero Faustino, que defendió a su grupo de ser sabeliano y expuso su fe en la Trinidad, el también presbítero Marcelino, que escribió Junto con Faustino una apelación a los emperadores, y nuestro San Gregorio de Elvira, hombre santo y notable escritor.

Lucífero murió en el año 370 y a pesar de su negativa de aceptar a los arrepentidos, no fue opacada su gran santidad en su escritos y defensa de la iglesia.

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