Biografía de San Justino Mártir – 1 de junio
Santo mártir que fue asesinado por no rendir culto a dioses paganos.
Historia de San Justino Mártir
Alrededor del año 100, nace Justino en Siquem, de la ciudad de Samaria, actualmente es territorio palestino ocupado por Israel. Sus padres eran griegos paganos, le enseñaron a su hijo de la mejor manera filosofía, historia y literatura.
Justino fue un filósofo reconocido en esos tiempos, se dedicó a buscar la verdad de todo la cual la encontró en Cristo por lo que se convirtió al cristianismo, comenzó a predicar la palabra de Dios e incluso, fundó una escuela en Roma para poder enseñarle a los jóvenes la verdadera religión. A pesar de que se conoce poco de su vida y de lo antiguo que es, aún se conservan escritos de lo que habló Justino con un juez luego de que fue capturado por órdenes de Marco Aurelio, conocido como el emperador filosofo.
La Conversación del Santo y el Alcalde
Alcalde: ¿Cuál es su especialidad? ¿En qué se ha especializado?
Justino: Durante mis primero treinta años me dediqué a estudiar filosofía, historia y literatura. Pero cuando conocí la doctrina de Jesucristo me dediqué por completo a tratar de convencer a otros de que el cristianismo es la mejor religión.
Alcalde: Loco debe de estar para seguir semejante religión, siendo Ud. tan sabio.
Justino: Ignorante fui cuando no conocía esta santa religión. Pero el cristianismo me ha proporcionado la verdad que no había encontrado en ninguna otra religión.
Alcalde: ¿Y qué es lo que enseña esa religión?
Justino: La religión cristiana enseña que hay uno solo Dios y Padre de todos nosotros, que ha creado los cielos y la tierra y todo lo que existe. Y que su Hijo Jesucristo, Dios como el Padre, se ha hecho hombre por salvarnos a todos. Nuestra religión enseña que Dios está en todas partes observando a los buenos y a los malos y que pagará a cada uno según haya sido su conducta.
Alcalde: ¿Y Usted persiste en declarar públicamente que es cristiano?
Justino: Sí declaro públicamente que soy un seguidor de Jesucristo y quiero serlo hasta la muerte.
Alcalde: Y si yo lo mando torturar y ordeno que le corten la cabeza, Ud. que es tan elocuente y tan instruido ¿cree que se irá al cielo?
Justino: No solamente lo creo, sino que estoy totalmente seguro de que si muero por Cristo y cumplo sus mandamientos tendré la Vida Eterna y gozaré para siempre en el cielo.
Alcalde: Por última vez le mando: acérquese y ofrezca incienso a los dioses. Y si no lo hace lo mandaré a torturar atrozmente y haré que le corten la cabeza.
Justino: Ningún cristiano que sea prudente va a cometer el tremendo error de dejar su santa religión por quemar incienso a falsos dioses. Nada más honroso para mí y para mis compañeros, y nada que más deseemos, que ofrecer nuestra vida en sacrificio por proclamar el amor que sentimos por Nuestro Señor Jesucristo.
El Martirio de Justino
En resumen, Justino fue llevado junto a 5 hombres y una mujer ante un juez quien dictaría su sentencia, ellos todo el tiempo defendieron su fe en Cristo, a pesar de que el juez los amenazó con torturarlos y con decapitarlos, no cedieron ni un poco y no quisieron rezarle a ninguno de los dioses romanos, por lo que el juez los sentenció a ser azotados y luego decapitados y así sucedió. Los antiguos escritos terminan contando que los cuerpos de los 7 mártires fueron tomados por otros cristianos para poder darles santa sepultura como se debe.
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