Biografía de San Justino de Jacobis – 31 de julio
Santo sacerdote que pertececió a la Congregación de la Misión y también fue obispo de Nilopoli.
Historia de San Justino de Jacobis
Justino Sebastián Pascual de Jacobis nació el 9 de octubre de 1800 en San Fele, actual Potenza, Italia. Fue el séptimo de los 14 hijos de una familia con arraigadas tradiciones nobles y una profunda vida de fe religiosa. El 17 de octubre de 1818, ingresó en la Congregación de la Misión, en el noviciado de la provincia napolitana. El 18 de octubre de 1820 realizó los votos, y el 12 de junio de 1824 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo de Brindisi, monseñor Domenico Maria Tedeschi.
Durante quince años ejerció el ministerio sacerdotal con una piadosa devoción y un celo prudente en el sur de Italia, destacándose especialmente por asistir a los enfermos del cólera durante la epidemia de 1836. También llevó a cabo misiones en beneficio del pueblo humilde, predicó ejercicios espirituales y realizó diversas obras de caridad. Durante un año, ejerció como director del Seminario Interno en Nápoles y, más tarde, fue nombrado superior.
En 1838, luego de varias insistencias del cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, aceptó la misión en Abisinia (Etiopía), asignada a la Congregación de la Misión. Su vida apostólica estuvo llena de complejas dificultades, incluyendo las delicadas relaciones con las autoridades locales y la Iglesia copto-ortodoxa, que pusieron de manifiesto los talentos y la habilidad organizativa del misionero.
Su Tiempo en el Obispado de Nilopoli
El vicariato apostólico de Abisinia fue elevado en 1847 y Justino de Jacobis, conocido afectuosamente como «Abuna Yacob Mariam» por los fieles, fue nombrado obispo titular de Nilopoli y Vicario apostólico de Abisinia. En 1849 recibió la consagración episcopal y durante veinte años llevó a cabo una intensa labor misionera y ecuménica. Se entregó por completo a las personas que evangelizaba y supo adaptarse a todos, siguiendo el ejemplo de San Pablo. Solía decirles: «El Espíritu Santo ha infundido en mi corazón un gran amor por los cristianos etíopes… Si Dios me concede uno, dos o más días de vida, los emplearé en su beneficio, pues Dios me los ha destinado para ustedes. Son ustedes los dueños de mi vida, pues Dios me la ha dado para ustedes«.
Fallecimiento de San Justino de Jacobis
En 1854, al negarse a abandonar Gondar y Abisinia, fue encarcelado después de diversos acontecimientos. Aunque fue liberado y posteriormente expulsado nuevamente, evitó ser capturado refugiándose en las montañas de Semien. Otras pruebas morales y físicas fortalecieron el espíritu de Justino de Jacobis; la fama de sus virtudes y su heroico apostolado dejaron raíces fecundas en la evangelización, cuyas huellas aún perduran en las líneas trazadas por él. Falleció en el Valle de Aligadé el 31 de julio de 1860.
El 28 de julio de 1935 fue publicado el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes, y el 25 de junio de 1939 Pío XII lo proclamó beato. El Papa Pablo VI lo canonizó el 26 de octubre de 1975.
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