Biografía de San Juan Jones – 12 de julio

Fueron muchos las víctimas de la iglesia anglicana, entre ellos encontramos al sacerdote franciscano San Juan Jones.

Historia de San Juan Jones

Luego de la separación la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia de Roma, el rey Enrique VIII comenzó una cruel persecución y no les reconocían el derecho a los católicos a proclamarse cabeza de una religión de Estado. Bajo él cayeron, por mencionar algunos, el Obispo San Juan Fischer, el canciller Santo Tomás Moro, el Beato Juan Forest, San Juan Jones y San Juan Wall. A los católicos se les prohibía toda actividad religiosa.

Bajo estas crueles leyes fue capturado en el año 1596 un hombre llamado Juan, de la familia galesa Jones, el cual, habiendo crecido en un ambiente católico y educado religiosamente, había entrado en la Orden de los Hermanos Menores. Al destacarse entre sus cohermanos por su sencillez y espiritualidad, fue enviado a Roma, al convento franciscano de Aracoeli, en Campidoglio. Hubiera podido permanecer en Italia viviendo tranquila y santamente, pero por decisión del mismo santo, regresó a Inglaterra y no precisamente a Gales, donde había mayor tolerancia religiosa, sino a Londres, donde se encontraba el centro anglicano.

En Londres logró realizar por algún tiempo su actividad misionera bajo el falso nombre de Juan Buckley, hasta que fue capturado por los hombres que eran llamados “Cazadores de sacerdotes”. Fue torturado cruelmente y mantenido en prisión dos años en espera del juicio.

Finalmente, en julio de 1598 tuvo lugar el proceso del fraile franciscano acusado de haber sido ordenado sacerdote en el extranjero y haber regresado ilegalmente a Inglaterra para sublevar al pueblo anglicano. El fraile se defendió diciendo: “Soy religioso franciscano y sacerdote de Cristo, vine a Inglaterra para conquistar el mayor número posible de almas para Jesús. Si esto es un delito, soy el primero en acusarme y estoy listo para dar la vida por la fe católica y por el primado del Romano Pontífice”.

Martirio de San Juan Jones

Esta era la confesión que ellos esperaban, y de inmediato fue emitida la condena, que debía ejecutarse fuera de la ciudad, en el camino recorrido en la Edad Media por los peregrinos que visitaban la tumba de otro famoso mártir inglés, Santo Tomás de Canterbury, víctima, cuatro siglos antes, de la intolerancia del rey Enrique II. La ejecución debía llevarse a cabo rápidamente, sin que muchas personas se dieran cuenta, pero un contratiempo arruinó los planes de los perseguidores.

El verdugo había olvidado el lazo y regresar por el, le tomó una hora. Desde el carruaje de los condenados Juan Jones pudo así hablar serenamente al pueblo que se había reunido a su alrededor, afirmando haber orado todos los días por el retorno del pueblo inglés a la unidad de la Iglesia católica y por la salvación de la reina de Inglaterra. San Juan Jones tenía 39 años cuando fue martirizado.

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Oraciones a San Juan Jones

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