Biografía de San Juan Segador – 23 de febrero
San Juan Segador fue un santo benedictino que nació en una prisión arabe y que al conocer a Jesús, se entregó totalmente a Él, dando ejemplo de vida contemplativa y virtuosa, incluso convirtiendose en abad.
Historia de San Juan Segador
En las estribaciones de la sierra calabresa se encuentra la antigua y noble ciudad de Stilo, cuyo origen está vinculado a la vida de un santo monje basiliano. Esta ciudad, como toda Calabria, experimentó incursiones árabes al encontrarse en los confines del Imperio de Oriente. En el siglo X, durante una de estas incursiones, el padre del monje fue asesinado, y su madre, embarazada, fue llevada como esclava a Palermo, territorio árabe al igual que toda Sicilia.
Fue en Palermo donde nació el monje, y su madre se esforzó por criarle en la fe cristiana. A los 14 años, lo envió a Calabria para recibir el bautismo. El obispo local, Juan, desconcertado al ver a este joven vestido como árabe, sometió al monje a duras pruebas, que logró superar, siendo finalmente bautizado con el nombre de Juan.
A medida que crecía, sintió una atracción cada vez más fuerte hacia la vida heroica de los monjes que habitaban las cuevas cercanas a Stilo, especialmente dos ascetas basilianos, Ambrosio y Nicolás, que vivían en una laura sobre el Monte Consolino. Ingresando a esta comunidad, destacó por sus virtudes religiosas y contemplativas, hasta que los monjes lo eligieron como su abad.
Origen del Nombre Segador
Cercano a la gente, Juan asistía y ayudaba a los agricultores locales, realizando milagros notables. Uno de los más famosos ocurrió cuando un grupo de campesinos, desesperados por un inminente temporal que amenazaba con arruinar sus cosechas, presenciaron cómo, en respuesta a la intensa oración de Juan, un ángel realizó milagrosamente la siega de los campos, salvando así la cosecha.
Fallecimiento de San Juan Segador
Estos episodios, que testimonian la ayuda a los agricultores, le valieron a Juan el nombre de «Theristes» o «Segador». Falleció a mediados del siglo XI, y gracias a las ofrendas de los fieles y la generosidad de los normandos, la iglesia y el monasterio fueron ampliados en su honor.
La memoria de este santo está presente en los sinaxarios y menologios griegos y bizantinos, y posteriormente fue incluido en el Martirologio Romano el 23 de febrero. Stilo lo ha declarado su patrono y protector, celebrando anualmente una festividad que incluye una procesión de las reliquias conservadas en la iglesia dedicada a él.
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