Biografía de San Juan Fisher – 22 de junio
Uno de los santos mártires que sufrió debido a la separación de la iglesia de Inglaterra por decisiones del Rey Enrique VIII.
Historia de San Juan Fisher
Juan nació en Beverley, Inglaterra el 19 de octubre del año 1469. Cuando tenía 14 años ya era el estudiante más sobresaliente, luego con sólo 20 años, fue nombrado profesor del colegio San Miguel. Realizó su doctorado en la famosa Universidad de Cambridge, y a los 22 años, obtuvo ser dispensado de la falta de edad y fue ordenado sacerdote. Poco después recibió el nombramiento de vicecanciller o vicerrector de la prestigiosa universidad.
En el año 1504, fue elegido como el nuevo obispo de Rochester cuando sólo tenía 35 años. Y él, como hacía con todos los cargos que le confiaban, se dedicó a este oficio con todas las fuerzas de su recia personalidad. Con un entusiasmo no muy frecuente en su época, se dedicó a visitar todas y cada una de las parroquias para observar si cada uno estaba cumpliendo con su deber, y animar a los no muy entusiastas. A los sacerdotes les insistía en la grave responsabilidad de cumplir muy exactamente sus deberes sacerdotales. Iba personalmente a visitar a los más necesitados.
Dedicaba muchas horas de su día al estudio y a escribir libros. Se hicieron famosos sus discursos fúnebres en la muerte del rey Enrique VII y en el funeral de la reina Margarita. Aunque era obispo y además canciller de la universidad, llevaba una vida tan austera como la de un monje. No dormía más de seis horas, realizaba fuertes penitencias. Cuando Lutero empezó a difundir los errores de los protestantes, el obispo Fisher fue elegido para atacar tan fatales errores, y escribió cuatro libros para combatir los errores de los luteranos.
La Decisión de Enrique VIII
En un Sínodo realizado en Inglaterra, el obispo Fisher protestó fuertemente contra la mundanalidad de algunos eclesiásticos, y la vanidad de aquellos que buscaban altos puestos y no la verdadera santidad. Cuando el rey Enrique VIII dispuso divorciarse de su legítima esposa y casarse con su concubina Ana Bolena, el obispo Juan Fisher fue el primero en ponerse en desacuerdo con esa decisión, y aunque muchos altos personajes, por conservar la amistad del rey, declararon que ese divorcio sí se podía hacer, en cambio Juan, aún con peligro de perder sus cargos y ser condenado a muerte, declaró públicamente que el matrimonio católico es indisoluble.
El rey Enrique VIII se declaró jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra en reemplazo del Sumo Pontífice, y todos los que deseaban conservar sus altos puestos en el gobierno y en la Iglesia, lo apoyaron. Juan Fisher declaró que esto era absolutamente equivocado y en pleno Parlamento exclamó: «Querer reemplazar al Papa de Roma por el rey de Inglaterra, como jefe de nuestra religión es como gritarle un ‘muera’ a la Iglesia Católica».
Muchas amenazas comenzaron a llegarle al santo. Dos veces lo llevaron a la cárcel, en otra ocasión trataron de envenenarlo. Le inventaron toda clase de calumnias, y como no lograron intimidarlo, lo mandaron encerrar en la Torre de Londres. Cuando el santo tenía entonces 66 años, recibió del sumo Pontífice el nombramiento de Cardenal. El impío rey exclamó: «Le mandaron el sombrero de Cardenal, pero no podrá ponérselo, porque yo le mandaré cortar la cabeza». Y así sucedió, El 17 de junio de 1535 le leyeron la sentencia de muerte.
Fallecimiento de San Juan Fisher
El rey Enrique VIII mandaba matarlo por no aceptar el divorcio y por no aceptar que el rey reemplazara al Papa en el gobierno de la Iglesia Católica. Al llegar al sitio donde le van a cortar la cabeza, el venerable anciano se dirige a la multitud y les dice a todos que muere por defender a la Santa Iglesia Católica fundada por Jesucristo. Recita el «Tedeum» en acción de gracias y, muere.
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