Biografía de San Juan Cancio – 23 de diciembre

San Juan Cancio o San Juan Kety fue un gran santo y profesor, su sabiduria era admirable. además de su humildad y su ayuda con la comunidad.

Historia de San Juan de Kety

Juan nació en la ciudad de Gdanks, en Polonia. Cuando estudiaba sus compañeros le decían que el ayunar y dejar de comer carne afectaba la salud, a lo que Juan les respondía que los antiguos monjes nunca comían carne y ayunaban muchas veces y llegaban a vivir hasta los ochenta de edad y gozaban de mucha salud física y mental.

Un Cambio Grande en su Vida

Un día mientras almorzaba, vio pasar por frente a la puerta a un mendigo, Juan Salió y le regaló su almuerzo, en ese momento sintió una alegría tan grande al recordar que quien atiende al pobre, atiende a Cristo, que después cuando se convirtió en profesor de la universidad, todos los días le daba un almuerzo a un pobre. Cuando alguien le decía: «Ya viene el pobre», él añadía: «Ya viene Jesucristo», porque recordaba lo que dijo Jesús: «Yo les diré: tuve hambre y me dieron de comer. Porque todo favor que han hecho a cualquiera de estos mis humildes hermanos, yo lo recibo como si me lo hubieran hecho a Mí en persona«.

Gran Maestro de Cracovia

Desde joven fue ordenado sacerdote y al poco tiempo lo nombraron profesor de la universidad. Algunas personas sintieron envidia contra él por este cargo, e hicieron que lo nombraran como párroco en un pueblo lejano. Allá se hizo querer tanto, que el día que lo trasladaron otra vez hacia la capital, centenares de feligreses lo acompañaron por varios kilómetros, dando grandes demostraciones de tristeza. Él se despidió de ellos con estas palabras: «La tristeza no es provechosa. Si algún bien les he hecho en estos años canten un himno de acción de gracias a Dios, pero vivan siempre alegres y contentos, que así lo quiere Dios».

Lo volvieron a nombrar nuevamente como profesor de la Universidad de Cracovia y durante muchos años dio allí la clase de Sagrada Escritura y explicación de la Santa Biblia. Su fama llegó a ser sumamente grande entre los que lo escuchaban.

Vida Santa de Juan de Kety

Sus tiempos libres los dedicaba a visitar pobres y enfermos. Lo que ganaba estaba a disposición de los pobres de la ciudad, que muchas veces lo dejaron en quiebra.

Siempre que discutía con otras personas repetía lo que decía San Agustín: «Combatimos el pecado, pero amamos al pecador. Atacamos el error, pero no queremos violencia contra nadie, la violencia siempre hace daño, en cambio la paciencia y la bondad abren las puertas de los corazones«.

Cuando predicaba acerca del pecado, lloraba al recordar la ingratitud de los pecadores hacia Dios, las personas al verlo llorar se arrepentían de sus pecados y cambiaban su forma de vivir.

A sus alumnos les repetía estos consejos: «Cuídense de ofender, que después es difícil hacer olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado«.

Los alumnos y personas que se beneficiaban de él, recordaron con gratitud su nombre por muchos años. Fueron centenares los sacerdotes formados espiritualmente por él. La gente lo llamaba: «el padre de los pobres».

Fallecimiento de San Juan Cancio

Sintiendo que llegaba la muerte y siendo ya muy anciano, dejó todas las demás actividades y se dedicó únicamente a prepararse bien antes de morir. El 24 de diciembre de 1473, rodeado por sus muy amados profesores de la universidad, después de recibir los santos sacramentos, murió santamente.

En su sepulcro se obraron tantos milagros y por su intercesión se consiguieron tan admirables favores, que el Sumo Pontífice lo declaró santo.

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Oraciones a San Juan Cancio

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