Biografía de San Juan Damasceno – 4 de diciembre
Santo que defendío y explico la veneración a los santos, ya que erroneamente difundían que es adoración.
Historia de San Juan Damasceno
Nació en Damasco, Siria. Era hijo de un alto empleado del Califa de Damasco, y ejerció también el importante cargo de ministro de Hacienda en la ciudad. Un día Juan dejó todos sus bienes, los repartió entre los pobres y se convirtió en religioso, entrando como monje al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén, y allí se dedicó por completo a leer y escribir. San Sabas se celebra un día después de Juan Damasceno.
Juan se dio cuenta de que Dios le había concedido una facilidad especial para escribir para el pueblo, y especialmente para resumir los escritos de otros autores y presentarlos de manera sencilla para que cualquiera los pudiera entender.
Al principio sus compañeros del monasterio se escandalizaban de que Juan se dedicara a escurrir versos y libros, ya que ese oficio no se había acostumbrado en aquella comunidad, era algo nuevo para sus compañeros. Un día todos cambiaron de opinión y le dieron plena libertad de escribir. Se cuenta que la razón fue porque el superior del monasterio oyó en sueños que Nuestro Señor le mandaba dar plena libertad a Damasceno para que escribiera y fue este quién les contó su sueño a los demás monjes.
Veneración a los Santos
En aquella época, un emperador de Constantinopla, León el Isaúrico, dispuso prohibir el culto a las imágenes, metiéndose él en los asuntos de la Iglesia, cosa que no tenía derecho de hacerlo y demostrando una completa ignorancia en religión, como se lo probó en una carta famosa el Papa Gregorio II. Y fue entonces cuando le salió al combate con sus escritos San Juan Damasceno.
Como nuestro santo vivía en territorios que no pertenecían al emperador de Constantinopla, podía escribir libremente sin peligro de que lo encarcelaran o juzgaran de alguna manera. Y de esta manera fue que empezó a propagar pequeños escritos a favor de las imágenes, y estos corrían de mano en mano por todo el imperio.
León el Isaúrico decía que los católicos adoran las imágenes y así difundía erróneamente esta información. San Juan Damasceno le respondió que nosotros no adoramos imágenes, sino que las veneramos, lo cual es totalmente distinto. Adorar es creer que una imagen es un Dios que puede hacernos milagros lo que se considera como idolatría, pero venerar es rendirle culto a una imagen porque ella nos recuerda un personaje que amamos mucho y es un gran ejemplo de santidad.
Los católicos no adoramos imágenes, pero sí las veneramos, porque al verlas recordamos cuanto nos han amado Jesucristo o la Virgen o los santos. Lo que la Santa Biblia prohíbe es hacer imágenes para adorarlas, pero no prohíbe venerarlas. Esto también se puede ver como en los países se le tiene respeto a sus banderas y héroes nacionales o próceres, de los cuales hacen esculturas o cuadros, pero no son hechos con la intención de adorarlos.
San Juan Damasceno decía en sus escritos: «lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen«.
Últimos Años del Santo y el Milagro de su Mano
Dicen autores muy antiguos que el emperador León, por rabia contra San Juan Damasceno por lo bien que escribía en favor de las imágenes, mandó a traición que le cortaran la mano derecha, con la cual escribía y así lo hicieron, pero el santo que era muy devoto de la Santísima Virgen, se encomendó a Ella con gran fe y la Madre de Dios le curó la mano cortada y con esa mano escribió luego sermones muy hermosos acerca de Nuestra Señora.
El santo murió de una edad avanzada dentro del convento de San Sabas. El resto de su vida lo dedicó a la escritura de himnos, poemas y escritos teológicos. Es considerado doctor de la iglesia católica.
¿De Qué es Patrono San Juan Damasceno?
Es el patrono de los pintores.
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