Biografía de San José Benito Cottolengo – 30 de abril

Santo franciscano que se dedicó al servicio de los enfermos, estableciendo lugares para la ayuda de los mismos.

Historia de San José Benito Cottolengo

José Benito Cottolengo nació en Bra, Italia, el 3 de mayo de 1786 dentro de una familia de sólida tradición cristiana, fue el primogénito de doce hijos. San José Benito fue educado por su madre en las obras de misericordia para con los pobres y enfermos.

El santo fue consagrado sacerdote el 8 de junio del año 1811, en ese entonces se dedicó con celo al ministerio pastoral como vicepárroco en Corneliano d’Alba. Luego en Turín obtuvo la láurea en teología; nombrado canónigo, se inscribió en la Tercera Orden Franciscana.

Parecía destinado a tareas muy diferentes de las que había soñado de niño, de dedicarse a los pobres. Un caso imprevisto, el de una pobre mujer francesa, a la cual no se quisieron abrir las puertas de ningún hospital, fue el arranque para la gran obra en la humildad y simplicidad franciscana más genuina. Los locales crecieron, pero se hizo necesario abandonarlos; volvió a empezar en Valdocco, y más y más, siempre sin un centavo y siempre listo a pagar a todos los acreedores, se construyó una ciudad que acoge todas las miserias humanas que los otros no quieren o no pueden curar. Y pronto tuvo a su lado grupos de jóvenes, mujeres y hombres que vinieron a formar las congregaciones de caridad, de oración y de escuela que llenaron el “Cottolengo”.

Milagros de San José Benito Cottolengo

Su preferencia en las aceptaciones era siempre para los más necesitados y excluidos. Las recomendaciones hacían más daño de lo que ayudanan. Cada día visitaba a los enfermos. Para los epilépticos quería paredes acolchadas, para que no se hicieran daño. A los bobos, los llamaba “los buenos hijos”. El santo realizó milagros, como cuando multiplicó las cerezas para poder darles a todos. Otras veces con una bendición curó enfermos, multiplicó la harina, dio poderes medicinales al agua del pozo.

Rechazó ayudas del rey Carlos Alberto afirmando que su obra era sostenida por la Divina Providencia y por nuestra Señora. A los pies de la estatua de nuestra Señora encontró muchas veces las sumas necesarias para pagar a todos a quienes les debía. A menudo las cuentas eran saldadas misteriosamente por una bella señora misteriosa. El demonio quiso muchas veces obstaculizar su obra, hasta llegar al punto de aparecérsele. Cottolengo decía: “No tengan miedo, nuestra Señora está con nosotros nos protege y defiende”.

Fallecimiento de San José Benito Cottolengo

El sábado 30 de abril de 1842 falleció José Benito Cottolengo en Chieri, cuando tenía 56 años de edad. Había salido de su “Casita de la Divina Providencia” para dejar el espacio a la nueva guardia. Pero la obra de su amor y de su extraordinaria fe sigue viva y crece según sus directivas. Benito Cottolengo fue canonizado el 19 de marzo del año 1934 por Pío XI, quién se refirió al santo como “un genio del bien”.

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Oraciones a San José Benito Cottolengo

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