Biografía de San Esteban de Hungría – 16 de agosto

Santo rey de Hungría que se encargó del crecimiento de la fe católica en su nación y de erradicar el paganismo.

Historia de San Esteban de Hungría

San Esteban de Hungría, nació en el año 975 en Esztergom. Fue bautizado por San Adalberto y tuvo la fortuna de casarse con Gisela, la hermana de San Enrique de Alemania, quien tuvo una gran influencia en su vida.

Valiente guerrero y excelente organizador, derrotó a todos los que se oponían a su gobierno, pues era el heredero del mandatario anterior. Una vez vencidos sus enemigos, se dedicó a propagar la religión católica en todo el país, erradicando la idolatría y las falsas creencias. Organizó la nación en diversos obispados y envió a San Astrik, el obispo principal, a Roma para obtener la aprobación papal para los obispados y ser coronado rey.

San Esteban demostraba un amor inmenso por la religión católica. Trataba a obispos y sacerdotes con profundo respeto e inculcaba a sus súbditos la veneración hacia ellos. Su devoción a la Virgen Santísima era extraordinaria; erigió templos en su honor y la invocaba en momentos difíciles. Fundó conventos y los dotó de lo necesario. Ordenó que cada 10 pueblos construyeran un templo y proveía de todo para mantener el personal religioso. En Roma, hizo lo mismo.

San Esteban era generoso con las limosnas, a tal punto que la gente exclamaba: «¡Ahora sí se van a acabar los pobres!». Atendía con bondad a todos, pero prefería a los más necesitados, considerándolos representantes de Jesucristo a quienes quería atender especialmente.

Para conocer las penurias de los necesitados, se disfrazaba de albañil y salía por las noches a repartir ayuda. Una vez, al encontrarse con un grupo de mendigos, lo asaltaron, pero él agradeció a Dios por el sacrificio ofrecido. Sus empleados lo aconsejaron ser más prudente, pero él se propuso no negar nunca ayuda o favor si tenía la capacidad de hacerlo.

Educó a su hijo con esmero, dejándole bellos consejos: huir de la impureza y el orgullo, ser paciente, generoso con los pobres y respetuoso con la Iglesia Católica. San Esteban convertía más personas con su ejemplo que con palabras o leyes, pues practicaba la religión admirablemente.

Fallecimiento de San Esteban de Hungría

En sus últimos años, sufrió numerosos padecimientos, incluida la muerte de su hijo en una cacería, dejándolo sin sucesor. A pesar de la pena, bendijo a Dios. Padeció dolorosas enfermedades que lo purificaron y santificaron.

El 15 de agosto de 1038, día de la Asunción, fiesta amada por él, murió santamente. Desde entonces, Hungría se mantuvo fielmente católica. A los 45 años de su muerte, el Sumo Pontífice permitió invocarlo como santo y en su sepulcro se realizaron admirables milagros.

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