Biografía de San Eduardo III el Confesor – 13 de octubre

Santo que llegó a ser rey de las tierras inglesas y fue muy conocido por la gran persona que fue, tanto como ser humano, así como Rey.

Historia de San Eduardo III el Confesor

Luego de dejar el reinado, las luchas y la opresión durante el reinado de los dos soberanos daneses, Harold Harefoot y Artacanuto, el pueblo inglés recibió agradecidos al representante de la antigua dinastía inglesa, San Eduardo el Confesor. Es recordado más por la gran persona que fue en vida, que su administración como soberano ya que era un hombre piadoso, amable y amante de la paz.

Eduardo era hijo de Eteredo y de la normanda Ema. En la época en la que los daneses reinaban, fue enviado a Normandía con solo 10 años de edad y regresó a su patria en el año 1042 cuando fue elegido rey. Cuando tenía 42 años, contrajo santo matrimonio con Edith, la hija del Conde Godwino, la mayor amenaza para su reino. La tradición sostiene que San Eduardo y su esposa guardaron perpetua continencia por amor a Dios y como un medio para alcanzar la perfección.

Un Rey Justo y Piadoso

La administración justa y equitativa de San Eduardo le hizo muy popular entre su pueblo. La perfecta armonía que reinaba entre él y sus consejeros se convirtió más tarde en el sueño dorado ya que durante el reinado de Eduardo, los barones normandos y los representantes del pueblo inglés ejercieron una profunda influencia en la legislación y el gobierno. Uno de los actos más populares del reinado de San Eduardo fue la supresión del impuesto para el ejército; los impuestos que se recaudaban entre las personas trabajadoras y que vivían bien, fue repartido entre los pobres y los más necesitados.

En el tiempo que fue desterrado a Normandía, San Eduardo había hecho la promesa de ir en peregrinación al sepulcro de San Pedro en Roma, si Dios le ayudaba en poner término a las desventuras de su familia. Después de su ascenso al trono, convocó un concilio y manifestó públicamente la promesa con que se había ligado. Sin embargo, la Asamblea le manifestó que con su partida se abriría el camino a problemas en el interior del país y los ataques de las potencias extranjeras para usurpar el reinado o tomar sus tierras. El rey decidió someter el asunto a juicio del Papa San León IX, quien le sugirió repartir el dinero que habría gastado en el viaje entre los pobres, y construir un monasterio en honor a San Pedro.

Fallecimiento de San Eduardo III

El último año de vida del santo fue de los más problemáticos por la tensión entre el Conde Tostig Godwinsson de Nortumbría y sus súbitos; la solución que encontró Eduardo fue desterrar al conde. El santo Falleció en el año 1065. La canonización de San Eduardo fue realizada en 1161, dos años después de que su cuerpo se mantenía incorrupto, fue trasladado por Santo Tomás Becket a una capilla del coro de la abadía de Westminster, de la cual San Eduardo fue su promotor, esto fue realizado el 13 de octubre, razón por la que se eligió esta fecha para celebrar su fiesta.

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