Biografía de San Diego de Alcalá – 13 de noviembre

Santo franciscano de la orden de los Hermanos menores. Estuvo bastantes años sirviendo a los pobres y mpas necesitado.

Historia de San Diego de Alcalá

Diego nació en el año 1400 en San Nicolás de Puerto, Andalucía, España. Deseaba la soledad y la penitencia desde muy joven, por lo que llevó por varios años vida eremítica junto a la iglesia de San Nicolás de su pueblo natal. A la oración y a la contemplación unía el trabajo en el huerto y la confección de cestas de mimbre y pequeños utensilios de uso doméstico, cuyo pago le servía lo utilizaba para ayudar a los más necesitados.

Ingreso a la Orden de los Hermanos Menores

La fama de su santidad se había extendido por los pueblos vecinos y la gente comenzaba a venerarlo. Con el tiempo decidió entrar a la comunidad de Hermanos Menores. Fue al convento de Arizal poco lejos de Córdoba, y allí hizo el noviciado como religioso no clérigo. Estuvo realizando varios trabajos modestos en diversos conventos de la provincia religiosa, hasta que en el año 1441 fue enviado a las Canarias para evangelizar a los nativos, quienes estaban siguiendo supersticiones idolátricas.

La obediencia lo hizo aceptar el trabajo de guardia del convento de Fuerteventura, para el que fue elegido en 1446. Trabajó con particular celo en la defensa de los indígenas de la rapacidad de los conquistadores, quienes le produjeron muchas peleas y conflictos, tanto que en el año 1449 pidió regresar a España. En 1450, se fue de viaje a Roma en compañía de su cohermano Alfonso de Castro, para ganar el jubileo y asistir a la canonización de San Bernardino de Siena.

Epidemia en Roma

Al convento de Aracoeli donde se alojaban los dos religiosos, entró la epidemia que azotó a Roma aquel año. La mayoría de los frailes enfermaron gravemente. Diego se prodigó en cuidados, uniendo a los cuidados humanos carismas divinos, ya sea para curar, como para proveer el alimento necesario que escaseaba. Fue heroico su apostolado caritativo en socorrer enfermos y oprimidos durante aquella época a que azoto la peste, a muchos enfermos al solo tocarlos con sus manos mojadas en el aceite de la lámpara de la Virgen.

Muerte de San Diego de Alcalá

Al volver a su patria vivió en varios conventos antes que la muerte lo llevara a la eternidad en Alcalá de Henares cerca de Madrid el 12 de noviembre del 1463 cuando ya tenía 63 años de edad. La fama de la santidad de vida de este humilde fraile, unida a los numerosos milagros que Dios obraba por su intercesión llevaron a que Sixto V lo canonizara el 2 de julio de 1588.

Diego dio nuevo esplendor a la figura de los humildes y sencillos hermanos que en los primeros tiempos fueron el gozo y la gloria de San Francisco, aquellos que en el silencio y en la penitencia ganaban almas para Cristo. Es venerado por los religiosos no clérigos de la Orden Monolítica como su patrono.

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Oraciones a San Diego de Alcalá

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