Biografía San Dámaso I Papa – 11 de Diciembre

Papa número 37 de la iglesia Católica. Fue el sucesor de Liberio y predecesor de Siricio.

Historia de San Dámaso I Papa

Su familia era de la zona en donde actualmente se encuentra España. Fue secretario de los Pontífices San Liberio y San Félix, y en cuanto fue elegido Papa en el año 366, hizo honor a su nombre, que significa «domador», porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que en Roma se levantó contra él.

Sus Grandes Contribuciones a la Iglesia

Tuvo como secretario al gran San Jerónimo, y fue Damaso quién le encargó al santo que tradujera la Santa Biblia al idioma popular, y esta traducción llamada «La Vulgata», fue la que empleó la Iglesia Católica durante 15 siglos.

San Jerónimo decía del Papa Damaso: «era un hombre puro, que fue elegido para dirigir a una Iglesia que debe ser pura». Sus epitafios sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas se han conservado muy bien y de varios santos lo único que sabemos se debe a lo que él escribió sobre sus tumbas. Entre estos santos podemos destacar San Tarcisio, que en su tumba dice el mártir de la Eucaristía. El Papa San Damaso también era conocido por ser un gran poeta.

San Dámaso redactó su propio epitafio así: «Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día«.

Desde muy joven, su lectura preferida fue la Santa Biblia y decía que el manjar más exquisito que había encontrado en toda su vida era la Palabra de Dios.

Desde la antigüedad se cuenta que fue él quien introdujo en las oraciones de los católicos el «Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén».

Durante todo su pontificado se preocupó por obtener que los obispos de todas las naciones reconocieran al Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo.

Fallecimiento de San Dámaso I Papa

San Damaso falleció el 11 de diciembre del año 384 a la edad de 80 años y fue sepultado en la tumba que él mismo se había preparado, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Con el tiempo, construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.

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