Biografía de San Andrés Corsini – 6 de febrero
Santo carmelita que se acercó a la vida religiosa y dejó su vida de pecado luego de una aparición en sueños de la Virgen del Carmen a su madre.
Historia de San Andrés Corsini
Andrés nació en Florencia, Italia, el 30 de noviembre de 1602, coincidiendo con la festividad de San Andrés, lo que influyó en su nombre que significa «varonil». Aunque provenía de una familia piadosa, su juventud se desvió hacia el vicio y el pecado debido a malas amistades. Un día, escuchó a su madre revelar un sueño misterioso en el que él, representado como un lobo feroz, se transformaba ante la imagen de la Virgen en un manso cordero. Conmovido y lleno de arrepentimiento, Andrés se dirigió a la iglesia de los Padres Carmelitas y, de rodillas ante Nuestra Señora del Carmen, prometió cambiar su vida.
Consultó a un sacerdote sobre cómo enmendar su pasado y, siguiendo su consejo, ingresó a la vida religiosa como fraile carmelita. A pesar de los intentos de antiguos amigos y un tío materialista por disuadirlo, la gracia de Dios lo llevó al convento. Cuando se ordenó sacerdote, evitó las suntuosas fiestas preparadas por sus ricos parientes y celebró sus primeras misas en soledad, lejos de las distracciones mundanas.
Con el tiempo, Dios recompensó su vida de santidad y sacrificios con el don de obrar milagros y el don de profecía. Andrés bendecía enfermos, cuyas enfermedades sanaban, y lograba la conversión de grandes pecadores. A pesar de la aclamación popular, cuando los líderes de la Iglesia en Fiésole lo propusieron como obispo, Andrés se consideró indigno y huyó para esconderse en un convento. Fue encontrado y aceptó el cargo, siendo obispo durante 24 años con la mansedumbre de un cordero.
Gran Obispo Carmelita
Aunque vivía en un palacio episcopal, su vida reflejaba la de un penitente. Dedicado a servir a su pueblo y colaborar en obras benéficas, mantenía un estilo de vida monástico. Su día incluía varias horas de oración, ayuno continuo y abstinencia. En la dirección espiritual, no miraba a las mujeres al rostro y evitaba cualquier elogio, considerándose un pecador miserable. Su alegría estaba en aceptar humillaciones y distribuir todo lo que conseguía entre los pobres.
Destacó por su capacidad para reconciliar a aquellos enemistados, incluso siendo enviado por el Sumo Pontífice a Bolonia para poner paz entre dos facciones enfrentadas. Después de soportar humillaciones y cárceles, Andrés logró reconciliar a los grupos y mantener la paz.
Fallecimiento de San Andrés Corsini
Falleció a los 71 años el 6 de enero de 1373, siendo inmediatamente declarado santo por el pueblo, y canonizado por el Papa Urbano VIII en 1629. San Andrés Corsini sigue siendo invocado y venerado por la multitud que obtiene favores a través de su intercesión.
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