Biografía de San Josemaría Escrivá – 26 de junio

Santo fundador del Opus Dei. De los santos más actuales y canonizado en los últimos 30 años.

Historia de San Josemaría Escrivá

Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro, España, el 9 de enero de 1902, era el segundo de seis hijos que tuvieron José Escrivá y María Dolores Albás. Sus padres le llevaron a bautizar el día 13 de enero del mismo año, y le transmitieron desde muy temprana edad los fundamentos de la fe y las virtudes cristianas: el amor a la Confesión y a la Comunión frecuentes, el recurso confiado a la oración, la devoción a la Virgen Santísima, la ayuda a los más necesitados.

Niñez y Adolescencia de Josemaría Escrivá

San Josemaría fue un niño muy alegre, sencillo, travieso, excelente estudiante, muy inteligente y observador. Tenía mucho cariño a su madre y una gran confianza y amistad con su padre, quien le invitaba a que con libertad le abriese el corazón y le contase sus preocupaciones, estando siempre disponible para responder a sus consultas con afecto y prudencia. Muy pronto, el Señor comienza a templar su alma en la forja del dolor: entre 1910 y 1913 mueren sus tres hermanas más pequeñas, y en 1914, la empresa de su padre quebró. En 1915, los Escrivá se fueron a Logroño, donde el padre de la familia había encontrado un empleo para poder sostener a su familia

En esa ciudad, Josemaría percibe por primera vez su vocación: después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es, entonces se pregunta: Si otros hacen tantos sacrificios por Dios y por el prójimo, ¿no voy a ser yo capaz de ofrecerle algo? Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza.

Estudios y Sacerdocio de San Josemaría Escrivá

Luego de culminar su bachillerato, comienza los estudios eclesiásticos en el Seminario de Logroño y, en 1920, se incorpora al de Zaragoza, en donde culminó sus estudios superiores. Luego también estudió la carrera universitaria de Derecho. Por su amabilidad y gran carácter es que fue muy querido entre sus compañeros. Su esmero en la vida de piedad, en la disciplina y en el estudio sirve de ejemplo a todos los seminaristas, y en 1922, con sólo veinte años, el arzobispo de Zaragoza le nombra Inspector del Seminario. Durante aquel periodo transcurre muchas horas rezando ante el Señor y acude diariamente a la Basílica del Pilar, para pedir a la Virgen que Dios le muestre qué quiere de él, entre aquellas ansias, rezaba y rezaba en oración continua.

No cesaba de repetir: Domine, ut sit!, Domine, ut videam!, como el pobrecito del Evangelio, que clama porque Dios lo puede todo. «¡Señor, que vea! ¡Señor, que sea!». Y también repetía lleno de confianza hacia mi Madre del Cielo: Domina, ut sit!, Domina, ut videam! La Santísima Virgen siempre me ha ayudado a descubrir los deseos de su Hijo. El 27 de noviembre de 1924 fallece su Padre José Escrivá. El 28 de marzo de 1925, Josemaría es ordenado sacerdote por Monseñor Miguel de los Santos Díaz Gómara, en la iglesia del Seminario de San Carlos de Zaragoza, y dos días después celebra su primera Misa solemne en la Santa Capilla de la Basílica del Pilar; el 31 de ese mismo mes, fue enviado a Perdiguera, un pequeño pueblo de campesinos, donde fue nombrado regente auxiliar en la parroquia.

En abril de 1927 comienza a residir en Madrid para realizar el doctorado en Derecho Civil, que entonces sólo podía obtenerse en la Universidad Central de la capital de España. Aquí, su celo apostólico le pone pronto en contacto con gentes de todos los ambientes de la sociedad: estudiantes, artistas, obreros, intelectuales, sacerdotes. En particular, se entrega sin descanso a los niños, enfermos y pobres de las barriadas periféricas.

Al mismo tiempo, sostiene a su madre y hermanos impartiendo clases de materias jurídicas. Son tiempos de grandes estrecheces económicas, vividos por toda la familia con dignidad y buen ánimo. El Señor le bendijo con abundantes gracias de carácter extraordinario que, al encontrar en su alma generosa un terreno fértil, produjeron abundantes frutos de servicio a la Iglesia y a las almas.

Fundación del Opus Dei

El 2 de octubre de 1928 nace el Opus Dei. San Josemaría estaba realizando unos días de retiro espiritual, y mientras medita los apuntes de las mociones interiores recibidas de Dios en los últimos años, de repente ve la misión que el Señor siempre quiz para él, abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional, dirigido a difundir la búsqueda de la santidad y la realización del apostolado mediante la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo sin cambiar de estado.

Poco tiempo después, el 14 de febrero de 1930, el Señor le hace entender que el Opus Dei debe no debe excluir a las mujeres. Desde este momento, San Josemaría se entrega en cuerpo y alma al cumplimiento de su misión fundacional: promover entre hombres y mujeres de todos los ámbitos de la sociedad un compromiso personal de seguimiento de Cristo, de amor al prójimo, de búsqueda de la santidad en la vida cotidiana. Sabedor de que la tarea que le ha sido encomendada es de carácter sobrenatural, hunde los cimientos de su labor en la oración, en la penitencia, en la conciencia gozosa de la filiación divina, en el trabajo infatigable.

Comienzan a seguirle personas de todas las condiciones sociales y, en particular, grupos de universitarios, en quienes despierta un afán sincero de servir a sus hermanos los hombres. Éste es el fin que asignará a las iniciativas de los fieles del Opus Dei: elevar hacia Dios, con la ayuda de la gracia, cada una de las realidades creadas, para que Cristo reine en todos y en todo; conocer a Jesucristo; hacerlo conocer; llevarlo a todos los sitios.

Primera Guerra Mundial y Guerra Civil Española

En 1933, promueve una Academia universitaria porque entiende que el mundo de la ciencia y de la cultura es un punto neurálgico para la evangelización de la sociedad entera. En 1934 publica la primera edición de Camino, libro de espiritualidad del que hasta ahora se han publicado más de cuatro millones y medio de ejemplares, con 372 ediciones, en 44 idiomas. El Opus Dei estaba dando sus primeros pasos cuando, en 1936, estalla la guerra civil española. La persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.

En 1939, terminado el conflicto, el Fundador del Opus Dei puede dar nuevo impulso a su labor apostólica por toda península, y moviliza a muchos jóvenes universitarios para que lleven a Cristo a todos los ambientes y descubran la grandeza de su vocación cristiana. Al pasar el tiempo, muchos Obispos le invitan a predicar cursos de retiro al clero y a los laicos de las organizaciones católicas. Análogas peticiones le llegan de los superiores de diversas órdenes religiosas, cosa que el nunca rechazaba.

En 1941, mientras se encuentra predicando un curso de retiro a sacerdotes de Lérida, fallece su madre. El Señor permite que se desencadenen también duras incomprensiones en torno a su figura. El Obispo de Madrid Monseñor Eijo y Garay, le hace llegar su más sincero apoyo y concede la primera aprobación canónica del Opus Dei. San Josemaría sobrelleva las dificultades con oración y buen humor y recomienda a sus hijos espirituales que, ante las ofensas, se esfuercen en perdonar y olvidar: callar, rezar, trabajar, sonreír.

 En 1943, por una nueva gracia fundacional que recibe durante la celebración de la Misa, nace la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, en la que se podrán incardinar los sacerdotes que proceden de los fieles laicos del Opus Dei. La plena pertenencia de fieles laicos y de sacerdotes al Opus Dei, así como la orgánica cooperación de unos y otros en sus apostolados, es un rasgo propio del carisma fundacional, que la Iglesia ha confirmado en 1982, al determinar su definitiva configuración jurídica como Prelatura personal.

En lo sucesivo, serán casi un millar los laicos del Opus Dei que San Josemaría llevará al sacerdocio. La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, desarrolla también, actividades de formación espiritual para sacerdotes diocesanos y candidatos al sacerdocio. Los sacerdotes diocesanos también pueden formar parte de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, manteniendo inalterada su pertenencia al clero de las respectivas diócesis.

Crecimiento del Opus Dei

Apenas terminó la guerra mundial, San Josemaría comienza a preparar el trabajo apostólico en otros países, porque quiere Jesús su Obra desde el primer momento con entraña universal, católica. En 1946 se traslada a Roma, con el fin de preparar el reconocimiento pontificio del Opus Dei. El 24 de febrero de 1947, Pío XII concede el Decretum Laudis; y el 16 de junio de 1950, la aprobación definitiva. A partir de esta fecha, también pueden ser admitidos como Cooperadores del Opus Dei hombres y mujeres no católicos y aun no cristianos, que ayuden con su trabajo, su limosna y su oración a las labores apostólicas. La sede central del Opus Dei queda establecida en Roma, En repetidas ocasiones, Pío XII y Juan XXIII le hacen llegar manifestaciones de afecto y de estima.

También esta etapa de la vida del Fundador del Opus Dei se ve caracterizada por todo tipo de pruebas, padeció una grave forma de diabetes durante más de diez años hasta 1954, año en que se curó milagrosamente, se añaden los problemas financieros y las dificultades relacionadas con la expansión de los apostolados por el mundo entero. Aún con tanta dificultad, siempre mantenía mucha alegría, porque la verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre. Su permanente buen humor es un continuo testimonio de amor incondicional a la voluntad de Dios.

Desde todas partes del mundo comienza a recibir llamadas de numerosos Obispos que piden la ayuda de los apostolados del Opus Dei a la evangelización. Surgen toda clase de proyectos: escuelas de formación profesional, centros de capacitación para campesinos, universidades, colegios, hospitales y dispensarios médicos, etc.

Concilio Vaticano II

En cuanto Juan XXIII anuncia la convocatoria de un Concilio Ecuménico, comienza a rezar y a hacer rezar por el feliz éxito de esa gran iniciativa que es el Concilio Ecuménico Vaticano II, como escribe en una carta de 1962. San Josemaría se encuentra con numerosos Padres conciliares y Peritos, que ven en él un auténtico precursor de muchas de las líneas maestras del Vaticano II.

Entre 1970 y 1975 hace largos viajes por México, la Península Ibérica, América del Sur y Guatemala, donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.

Muerte de San Josemaría Escrivá

El 26 de junio de 1975, Fallece Josemaría Escrivá. Miles de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización. Su beatificación no tomó mucho tiempo ya que fue realizada en 1992 y su canonización fue en el año 2002, ambas por el Papa Juan Pablo II.

Biografía en Video de San Josemaría Escrivá

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