Biografía de San Benito de Nursia – 11 de julio

Santo que comenzó con la vida religioso de los monjes tal y como la conocemos hoy en día. El santo es conocido tanto como San Benito de Nursia como San Benito Abad.

Historia de San Benito Abad

Benito nació en Nursia, Italia en el año 480. De padres muy humildes, fue enviado a Roma para que estudiara filosofía y letras, puso mucho empeño en sus estudios ya que aprendió bastante bien el latín lo que quedó demostrado en sus escritos.

La biografía de San Benito fue escrita por San Gregorio, quién fue monje de su comunidad benedictina.

Huida de Roma de San Benito

En la ciudad de Roma habitaban muchos tipos de personas, entre ellos había cristianos fervorosos, cristianos relajados, paganos, ateos, bárbaros, personas de diversas nacionalidades de creencias variadas, y el ambiente, especialmente el de la juventud, eran muy relajados. Así que Benito se dio cuenta de que, si permanecía allá en medio de esa sociedad tan dañada, iba a llegar a ser un corrompido también.

Y también sabía muy bien que, en la lucha contra el pecado y la corrupción, resultan vencedores los que en apariencia son » los cobardes» para los demás, o sea, los que huyen de las ocasiones y se alejan de las personas malvadas. Por eso huyó de la ciudad y se fue a un pequeño pueblo alejado, a rezar, meditar y hacer penitencia.

Primer Milagro de San Benito

Ya llegando al pueblo, San Benito realizó un milagro, aunque el no lo hizo porque quiso. Una mujer estaba llorando porque se le había quebrado un jarrón que no era de ella, por lo que tenía que pagarlo, Benito para consolar a aquella dama, comenzó a orar y pidió la bendición de Dios, lo que resultó en que el jarrón volviera a su estado normal. La gente del pueblo comenzó a seguirlo y a venerarlo como santo, por lo que Benito se fue de aquel pueblo.

Ermitaño de los Buenos Consejos

San Benito Se fue hacia una región totalmente deshabitada y en un sitio llamado «Subiaco”, se retiró a vivir en una roca, rodeada de malezas y de espinos, y a donde poder subir era una tarea ardua. Un monje que vivía por los alrededores le fue dando consejos acerca de cómo ser un buen religioso y le llevaba un pan todos los días, el que era subido mediante una cuerda que Benito jalaba desde arriba.

Su barba y su cabello crecieron bastante y su piel se volvió bastante morena a tal punto que un día, unos pastores que buscaban unas cabras, al encontrarlo, creyeron que era un animal salvaje, pero luego de oírle hablar, se quedaron impresionados de los excelentes consejos que sabía dar. La noticia se esparció por todo el pueblo y mucha gente empezó a visitarlo para pedirle que les aconsejara y enseñara.

Fundación de los Primeros Conventos

Un día, unos hombres cansados de la corrupción de la ciudad, se fueron cerca de donde estaba Benito a hacer penitencia, y al darse cuenta de la gran sabiduría y santidad de Benito, aunque él era más joven que la mayoría, le rogaron que se hiciera superior de todos ellos. El santo no quería porque sabía que varios de ellos eran difíciles de gobernar y porque personalmente era muy exigente con los que querían llegar a la santidad y pensaba que no le iban a hacer caso. Pero tanto fue la insistencia de aquellos hombres que al final aceptó el cargo de superior. Con todos ellos fundó 12 pequeños conventos de religiosos, cada uno con un abad, pero el Santo tenía la dirección general de todos.

Intento de Envenenamiento a San Benito

Con el tiempo, algunos de aquellos hombres estaban molestos de que el santo fuera tan estricto con sus enseñanzas y con sus permisiones, San Benito decía que no se le puede prender una vela a Dios y al diablo a la vez. Estos malos hombres le echaron veneno a una copa de la que tomaría el santo, quien antes de tomar rezo y pidió bendición antes de ingerir sus alimentos, por lo que la copa se levanto en el aire y se destruyó en pedazos. El santo después de este atentado, decidió renunciar de su puesto y se fue de aquel lugar.

Las Tentaciones de San Benito

En un momento, a San Benito le llegaron muchas tentaciones, las que lo atormentaban constantemente, incluso se le venían pensamientos impuros con una mujer que había visto antes, por lo que el santo no tuvo más remedio que tirarse a un matorral lleno de espinas para eliminar esas tentaciones de su mente y alma. El daño de su cuerpo le hizo sanar su alma.

Fundación de la Comunidad Benedictina

San Benito junto a varios discípulos entre los que estaban San Mauro, San Plácido y otros más, se dirigió hacia un monte escarpado, llamado Monte Casino. En ese lugar fundó la Comunidad de Benedictinos. Su monasterio de Monte Casino ha sido famoso durante muchos siglos.

En el año 530, después de ayunar y rezar durante 40 días, comenzó la construcción del convento en la cima del Monte. En ese sitio había un templo pagano dedicado a Apolo. Benito pidió que destruyeran aquel templo y en ese mismo lugar construyó una capilla católica. Luego con sus discípulos fue evangelizando a todos los paganos que vivían en los alrededores. Aquel templo creció de a poco, pero con el tiempo se hizo bastante grande. De allí, por muchos siglos han salido santos misioneros a llevar la santidad a pueblos y naciones

La Vida de Oración y Santidad de Benito

San Benito se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas y horas rezando y meditando. Jamás comía carne. Dedicaba bastantes horas al trabajo manual, y logró que sus seguidores se convencieran de que el trabajo no es un rebajarse, sino un ser útil para la sociedad y un modo de imitar a Jesucristo que fue un gran trabajador, y hasta un método muy bueno para alejar tentaciones.

Ayunaba cada día, y su desayuno lo tomaba en las horas de la tarde. La mañana la pasaba sin comer ni tomar líquido. Atendía a todos los que le iban a hacer consultas espirituales y de vez en cuando se iba por los pueblos de los alrededores, con sus monjes a predicar y a tratar de convertir a los pecadores. Su trato con todos era extremadamente amable y bien educado.

Milagros Realizados por San Benito Abad

Uno de los milagros realizados por el santo es el del joven Plácido quién cayó en un profundo lago y se estaba ahogando. San Benito mandó a su discípulo Mauro a que se lanzara al agua y lo salvara, Mauro se lanzó sin pensarlo y logró sacar sano y salvo al joven y lo llevo hasta la orilla. Al salir del profundo lago se acordó de que había logrado atravesar esas aguas sin saber nadar.

Otro milagro del santo es cuando en una ocasión un muro del convento cayó sobre uno de los monjes, asustados todos corrieron a ver lo que pasó y el monje estaba muy herido debajo de todos los escombros. San Benito se puso a rezar y pidió que quitaran todos los escombros, y cuando pudieron ver al monje, vieron que estaba completamente bien y se levantó sin más.

En otra ocasión, estaban los religiosos constructores tratando de quitar una inmensa piedra, pero esta no se podía ni siquiera mover un milímetro. Entonces el santo le envió una bendición, y la piedra se volvió bastante ligera, por lo que con mucha facilidad pudieron moverla.

El Rey Totila

Un rey llamado Totila quien era pagano, estaba invadiendo Italia, al escuchar sobre la santidad del famoso fundador de los benedictinos, mandó al jefe de su guardia que se vistiera con su ropa y fuera con los ministros, a presentarse ante el santo como el rey Totila. San Benito, con solo verlo le dijo: «Quítate esos vestidos de rey que no son los tuyos». El jefe de la guardia volvió a contarle al rey lo sucedido y este se fue a visitarlo con gran respeto. San Benito le predijo su futuro diciendo que lograría apoderarse de Roma y de Sicilia, pero que poco después de llegar a esa isla moriría. Con el tiempo, esto sucedió tal y como lo había dicho el santo.

Multiplicación de la Comida

Los milagros de Benito eran sorprendentes y aún hoy en día los recordamos como la vez que repartieron toda la comida del monasterio entre las personas del pueblo ya que había una gran escasez de alimentos. Cuando terminaron la repartición de alimentos, los monjes vieron que sólo había 5 panes en el almacén, angustiados se pusieron todos ya que con sólo eso no podría comer tantos monjes. San Benito les dijo que no se preocuparan que, debido a su generosidad, Dios les devolvería el favor. Al Día siguiente, frente al convento encontraron 200 bultos de harina de los cuales jamás supieron quién los dejó allí.

Otros Dones del Santo

San Benito también sabía cuándo alguien partiría de este mundo. Un día dijo a sus monjes: «Se murió mi amigo el obispo de Cápua, porque vi que subía al cielo un bello globo luminoso». Al día siguiente vinieron a traer la noticia de que el obispo había fallecido. Otro día vio que salía volando hacia el cielo una paloma blanca y exclamó: «Seguramente ha muerto mi hermana Escolástica». Los monjes fueron a averiguar, y confirmaron que lo que el santo había dicho, acababa de morir tan santa mujer.

Muerte de San Benito Abad

También San Benito pudo sentir que le llegaba su hora de partir, por lo que pidió a los monjes que hicieran su tumba, tardaron 6 días en hacerla y justo al culminarla, San Benito comenzó a sentirse mal y a tener fiebres altas.

El 21 de marzo del año 543, estaba San Benito en la Ceremonia del Jueves Santo, cuando se sintió que moría. Se apoyó en los brazos de dos de sus discípulos, y elevando sus ojos hacia el cielo cumplió una vez más lo que tanto recomendaba a los que lo escuchaban: «Hay que tener un deseo inmenso de ir al cielo», y lanzando un suspiro como de quien obtiene aquello que tanto había anhelado, quedó muerto.

Dos de sus monjes estaban lejos de allí rezando, y de pronto vieron una luz esplendorosa que subía hacia los cielos y exclamaron: «Seguramente es nuestro Padre Benito, que ha volado a la eternidad». Era el momento preciso en el que moría el santo.

San Regla Benedictina

Inspirado por Dios, escribió San Benito un Reglamento para sus monjes al que llamó «Santa Regla». Es un documento que se volvió famoso en todo el mundo y en el cual se han basado los Reglamentos de todas las demás Comunidades religiosas en la Iglesia Católica. El reglamento menciona lo siguiente:

  • La primera virtud que necesita un religioso (después de la caridad) es la humildad.
  • La casa de Dios es para rezar y no para charlar.
  • Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.
  • El ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.
  • Nuestro lema debe ser: Trabajar y rezar.
  • Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato.
  • Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman.
  • Evite cada individuo todo lo que sea rústico y vulgar

Biografía en Video de San Benito de Nursia

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