Biografía de Beato Urbano V Papa – 19 de diciembre
Pontífice número 200 de la iglesia católica siendo el sucesor de Inocencio VI y predecesor de Gregorio XI.
Historia de Beato Urbano V Papa
En el complejo periodo conocido como «El destierro de Avignon, o destierro de Babilonia», la Iglesia Católica enfrentó uno de sus momentos más desafiantes al obligar a los Papas a abandonar Roma debido a las persistentes revoluciones. Esta situación llevó a su establecimiento en Avignon, Francia, alrededor del año 1300. Destacando entre los líderes pontificios de Avignon se encuentra San Urbano V, nacido en 1310 en Languedoc, Francia. Inicialmente un monje benedictino, su destreza diplomática lo llevó a ser empleado como Nuncio en Nápoles, hasta que la inesperada noticia de la muerte del Papa Inocencio VI lo llevó a ser nombrado Sumo Pontífice en un día, a pesar de no ser obispo ni cardenal.
Un Gran Ejemplo para el Pueblo
Comprometido con la reforma eclesiástica, Urbano V abordó los abusos eliminando lujos de su palacio y promoviendo un estilo de vida cristiano entre sus colaboradores. Designó cargos eclesiásticos a personas de virtud reconocida y combatió las malas costumbres. Además, buscó elevar el nivel cultural fundando una academia de medicina. Colaborando con franciscanos y dominicos, emprendió la evangelización en diversas regiones, desde Bulgaria y Ucrania hasta Bosnia, Albania, Lituania y Mongolia.
El legado más destacado de Urbano V radica en su regreso a Roma, algo que ningún Papa había hecho en más de 50 años. Al llegar, se conmovió al ver las grandes basílicas, incluida la de San Pedro, en estado casi ruinoso, y la ciudad en un lamentable abandono. Hábil organizador, inició la reconstrucción de monumentos y edificios religiosos en Roma, estableciendo su residencia en el Vaticano, donde los Pontífices residen hasta hoy. También trabajó en la restauración del orden en el clero y el pueblo.
Fallecimiento de Beato Urbano V Papa
No obstante, las revoluciones persistieron, y en 1370, enfermo y ante la advertencia de Santa Brígida de que moriría si abandonaba Roma, Beato Urbano V regresó a Francia. Su retorno a la ciudad en ruinas y sus esfuerzos por restaurarla, tanto espiritual como físicamente, subrayan su valentía y dedicación. El 19 de diciembre de ese mismo año, apenas dos semanas después de su partida, falleció, dejando un legado que trasciende su tiempo y resalta la importancia de su contribución a la historia de la Iglesia.
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