Biografía de Beato Gerardo Cagnoli de Valenza Po – 29 de diciembre
Un monje franciscano que vivió humildemente y al servicio de quienes visitaban al convento ya que era el portero. En su humilde puesto realizó muchas curaciones y milagros.
Historia de Beato Gerardo Cagnoli de Valenza Po
Gerardo Cagnoli, nacido en Valenza Po, Piamonte, alrededor de 1270, trazó un camino singular de devoción y entrega a lo divino. Tras el fallecimiento de su madre en 1290, y ya huérfano debido a la previa muerte de su padre, Gerardo renunció al mundo para vivir como peregrino, recorriendo diversos santuarios, desde Roma y Nápoles hasta Catania y quizás Erice (Trapani).
La influencia del franciscano San Luis de Anjou lo llevó a ingresar a la Orden de los Hermanos Menores en Randazzo, Sicilia, donde realizó su noviciado y permaneció un tiempo. Posteriormente, se trasladó al convento de Palermo, desempeñándose como portero hasta su fallecimiento, ganándose la admiración de sus cohermanos y fieles por su humildad y virtudes.
Milagros de Beato Gerardo Cagnoli de Valenza Po
Cercano a la entrada del convento, Gerardo plantó un ciprés y erigió un pequeño altar en honor de la Virgen y San Luis de Anjou, manifestando así su profunda devoción. Junto a este altar, mantenía una lámpara de aceite encendida continuamente. Con un ramito de ciprés sumergido en el aceite de la lámpara, bendecía a los enfermos que acudían en busca de consuelo, logrando, con frecuencia, notables curaciones y alivios. La fórmula que empleaba para bendecir llevaba consigo la intercesión de la Virgen María, San Francisco y San Luis.
Uno de los milagros más notables ocurrió cuando Enrique d’Abbati, justicia del rey, yacía gravemente enfermo, sin esperanzas. Fray Gerardo fue llamado y, tras consolar al enfermo con palabras fraternales, se entregó a la oración. En poco tiempo, el enfermo se levantó completamente curado, dejando a todos maravillados.
La vida ascética de Gerardo se expresaba en su escaso descanso sobre una desnuda tabla y en el uso de instrumentos de penitencia para mortificar su cuerpo. Su jornada se caracterizaba por la continua oración y la íntima unión con Dios.
Fallecimiento de Beato Gerardo Cagnoli de Valenza Po
En 1345, durante la fiesta de San Juan Evangelista, la Santísima Virgen se le apareció, anunciándole que ascendería al cielo en dos días. Lleno de alegría, Gerardo se preparó fervorosamente para las bodas eternas. El 29 de diciembre de 1345, recibió con profunda devoción los últimos sacramentos y se sumió en un sueño sereno, dejando este mundo a la edad de 75 años.
Sus restos mortales reposan en el templo de San Francisco en Palermo, cercanos a la puerta del convento que fue testigo de su santidad y continuó siendo destino de peregrinaciones devotas. Su culto persistió sin interrupción, recordando a Gerardo Cagnoli como un ejemplo de humildad, devoción y servicio a lo divino.
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