Biografía de Beato Agnelo de Pisa – 13 de marzo
Beato Agnelo de Pisa fue contemporáneo de San Francisco de Asís durante los comienzos de la orden. Fue un gran misionero y humilde religioso.
Historia de Beato Agnelo de Pisa
Agnelo de Pisa, un destacado personaje que ilumina no solo la ciudad de Pisa, su lugar de nacimiento, sino también a Oxford, donde encontró su descanso eterno en 1236. Recorrer los caminos descalzos que Agnelo transitó entre el río Arno y el Támesis es adentrarse en una de las etapas más trascendentales en la expansión del franciscanismo en Europa.
El joven Agnelo cruzó su destino con el de San Francisco en Venecia, cautivado por sus palabras y ejemplos. A la temprana edad de 17 años, fue recibido en la Orden Franciscana por el mismo San Francisco. Siguiendo los pasos descalzos por amor a la Dama Pobreza, Agnelo demostró rápidamente habilidades destacadas como organizador y ejecutor, a pesar de su modestia franciscana que mantuvo a lo largo de toda su vida. A los 23 años, San Francisco lo envió a Francia con un grupo de hermanos para establecer los primeros conventos franciscanos en París. Agnelo asumió como el primer custodio de las casas fundadas por él, mostrando celo y sabiduría ejemplares.
En el capítulo general de 1223, San Francisco confió a Agnelo una tarea aún más desafiante: la conquista espiritual de Inglaterra, fundando una Provincia Franciscana en ese país. Desembarcó en Dover con ocho compañeros el 10 de septiembre de 1224, y para finales de ese año ya había establecido dos conventos, uno cerca de Londres y otro en Oxford. Reconociendo la importancia de los estudios, Agnelo fundó el segundo convento en Oxford, el destacado centro universitario de Inglaterra. La escuela franciscana de Oxford, bajo su dirección, adquirió gran relevancia, marcando la educación y la doctrina en los siglos venideros.
Fallecimiento de Beato Agnelo de Pisa
A pesar de sus logros, Agnelo nunca perdió su humildad. Incluso cuando se convirtió en consejero del rey Enrique III y mediador sabio en asuntos políticos y diplomáticos, mantuvo su sencillez. Por obediencia, aceptó la ordenación sacerdotal y asistió al capítulo de Asís en 1230 como ministro provincial. Luego regresó a Inglaterra por solicitud de los obispos locales, estableciéndose en el convento de Oxford que él mismo fundó.
Su vida se apagó poco después, falleciendo a los 42 años en Oxford en 1236. Rápidamente, la fama de santidad rodeó al inglés de Pisa, convirtiéndolo en símbolo vivo de la unidad espiritual entre ambos países. Sin embargo, su sepulcro en la iglesia franciscana de Oxford fue destruido durante la persecución de Enrique VIII.
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