Biografía de Beata Lucía de Caltagirone – 26 de septiembre

Gran mujer que se convirtió en una terciaria franciscana llena de virtudes y santidad.

Historia de Beata Lucía de Caltagirone

Lucía nació en Caltagirone, Sicilia, Italia en el año 1360. Sus padres la educaron cristianamente en la piedad y ella supo maravillosamente corresponder a sus esperanzas. Ellos eran devotos de San Nicolás de Bari y experimentaron varias veces su protección e intercesión. Un día, Lucía se subió a una higuera para recoger frutas, de pronto fue sorprendida por una violenta tormenta con granizo y rayos. Uno de los rayos cayó sobre el árbol donde estaba Lucía, lo que hizo que Lucía se cayera al suelo y quedara media muerta. En su mente vio perfilarse la figura de un santo anciano, San Nicolás de Bari, quien la tomaba de una mano y la entregaba de nuevo a la familia.

Ingreso a la Orden Franciscana

Cuando tenía 13 años abandonó su pueblo natal en Sicilia para seguir a una piadosa terciaria franciscana de Salerno. Al poco tiempo su guía espiritual falleció y Lucía entró en un convento salernitano de Hermanas que seguían la regla franciscana. Allí se distinguió por la fiel práctica de sus deberes y en especial por el amor a la penitencia, a la cual se había comprometido para expiar los pecados de la humanidad, y sobre todo por una más íntima participación en los dolores de Cristo. Por algún tiempo ejerció el oficio de maestra de novicias. La fama de su virtud se difundió.

Muchos recurrían a ella para pedirle oraciones y consejo. Dedicaba mucho tiempo a la oración, a la meditación y a la contemplación de las cosas del cielo. A menudo flagelaba su cuerpo virginal; la desnuda tierra le servía de lecho; un poco de pan y agua eran su único sustento diario. Los nobles acudían a ella, y ella consolaba a los afligidos, llamaba a penitencia a los pecadores, edificaba a los piadosos. Dios confirmó con prodigios su santidad.

Fallecimiento de Beata Lucía de Caltagirone

Al cumplir cuarenta años de edad ya estaba lista para el cielo. Su vida austera, los prolongados y dolorosos sufrimientos fueron reduciendo su salud. A la invitación del esposo celestial, su alma gozosa voló al Paraíso para unirse al coro de las Vírgenes a las cuales ha sido dado seguir al Cordero divino. Lucía, terciaria regular, murió en Salerno el año 1400. Después de su muerte obró diversos prodigios. El culto y la veneración hacia ella siempre fue extendiéndose en el pueblo salernitano y en las regiones vecinas hasta que el Sumo Pontífice León X el 4 de junio de 1514 concedió en su honor el oficio y la misa.

Más Sobre Beata Lucía de Caltagirone

Encuentra más información sobre Beata Lucía de Caltagirone en nuestra página.

Oraciones a Beata Lucía de Caltagirone

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *