Biografía de Beata Benita Cambiagio Frassinello – 21 de marzo
La Beata Benita Cambiagio fue una gran religiosa Ursulina. Se cuenta que muchas veces entró en éxtasis. Se caracterizaba por su humildad y gran entrega al servir a los más necesitados y en las tareas más sencillas.
Historia de Beata Benita Cambiagio Frassinello
Benita Cambiagio Frassinello nació en Langasco (Génova) el 2 de octubre de 1791. Sus padres, José y Francisca Ghiglione, la bautizaron dos días después de su nacimiento. Durante su adolescencia, la familia se trasladó a Pavía, donde recibió una profunda educación cristiana que arraigó en ella los principios de la fe y moldeó su carácter volitivo y perseverante.
A los 20 años, experimentó un profundo despertar espiritual que aumentó su amor por la oración, la penitencia y el deseo de consagrarse por completo a Dios. Sin embargo, el 7 de febrero de 1816, se casó con Juan Bautista Frassinello, un joven ligur que había emigrado con su familia a Vigevano.
El camino de Benita hacia la voluntad de Dios fue arduo y difícil. Desde su adolescencia, había sentido un impulso interior hacia la vida de virginidad, aunque vivió dos años casada antes de abrazar plenamente la virginidad espiritual. Junto a su esposo, decidieron vivir como hermanos, dedicándose con gran entrega al cuidado de la hermana María, gravemente enferma de cáncer intestinal.
Comienzo de las Vidas Religiosas de los Esposos Juan y María
En 1825, tras el fallecimiento de María, Juan Bautista ingresó en la comunidad de los Somascos, mientras que Benita se unió a las Ursulinas de Capriolo. Su amor exclusivamente consagrado a Dios los llevó por caminos separados, pero siguieron comprometidos con la paternidad y maternidad espirituales, renovando su voto de castidad perfecta.
Por motivos de salud, Benita regresó a Pavía en 1826, donde fue curada milagrosamente por San Jerónimo Emiliani. Bajo la aprobación del obispo, se dedicó a la educación de las jóvenes, incluso cuando su padre le negó ayuda. El obispo llamó a Juan Bautista nuevamente, quien abandonó el noviciado para estar junto a su esposa, renovando juntos su compromiso de castidad ante el obispo.
Ambos se dedicaron generosamente a la educación de las chicas pobres y abandonadas, integrando su obra en la vida social de Pavía en un momento en que la educación era valorada como un bienestar genuino. Benita fue reconocida como la «Promotora de la Pública Instrucción» por el gobierno austriaco, siendo la primera mujer en la ciudad y provincia en abogar por la educación pública.
Fundación de la Congregación de las Hermanas Benedictinas de la Providencia
A lo largo de su vida, Benita experimentó experiencias místicas que no la apartaron de sus responsabilidades diarias, siempre entregada al fervor eucarístico y la contemplación del Crucifijo. Su amor por las niñas la llevó a realizar grandes sacrificios personales y materiales, demostrando la grandeza de la pedagogía del Evangelio.
A pesar de la oposición y críticas, Benita continuó con su labor educativa. En 1838, cedió su institución al obispo Tosi y junto a su esposo y cinco compañeras, se trasladó a Liguria. Allí, fundó la Congregación de las Hermanas Benedictinas de la Providencia, extendiendo su carisma educativo a más chicas y jóvenes.
El Instituto de las Hermanas Benedictinas de la Providencia creció rápidamente, estableciéndose también en Voghera en 1847. Cuarenta años después de la muerte de Madre Benita, el obispo diocesano convirtió la sede de Voghera en un instituto independiente, llevando el nombre de «Benedictinas de la Divina Providencia» en su memoria.
Fallecimiento de Beata Benita Cambiagio Frassinello
En 1851, Benita regresó a Pavía y abrió una escuela en San Quirico, en Valpolcevera. Falleció santamente el 21 de marzo de 1858 en Ronco Scrivia, tal como había predicho. Una gran multitud se reunió alrededor de su féretro, demostrando el profundo respeto y cariño hacia quien consideraban una santa.
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