Historia de Nuestra Señora del Carmen – 16 de julio
El Monte Carmelo era el monte donde varios profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para comenzar o seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad la realizaron muchas personas en los siglos siguientes, más específico en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.
Inicio de los Carmelitas
A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente, probablemente de Italia, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial.
Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.
María, Estrella del Mar
En la Edad Media se creía que María significaba «estrella del mar«, que en latín es «stella maris«. Desde aquella época, muchos carmelitas han aclamado a María como la «Flor del Carmelo» y la «Estrella del Mar«. Simón Stock es conocido por esta plegaria que se le atribuye:
«Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar!
El nombre de «Stella Maris» se ha dado también a todos los centros del Apostolado del Mar de la Iglesia Católica que están ubicados en los puertos o cerca del mar.
Patrona de los Marineros
En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra, nacido en 1716 y que murió en 1797, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo el Confesor por el de la Virgen del Carmen. En muchas localidades españolas se celebran grandes procesiones marítimas. En el obispado de Girona cabe remarcar las de: l’Escala, Roses, Llançà, Arenys de Mar y Palamós.
Aunque la Virgen sea la patrona de los marineros, muchos de ellos comparten aún el patrocino con San Telmo el Confesor. También los pescadores tienen a la Virgen del Carmen como patrona sin olvidar a San Pedro Apóstol. Se la puede invocar para que nos proteja ante posibles naufragios y tempestades estando en alta mar.
En Catalunya, antiguamente, las chicas rogaban con una pequeña oración a Nuestra Señora del Carmen para que les encontrara esposo rápidamente, daba igual su estatus económico, rico o pobre: «Mare de Déu del Carme, doneu-me un bon marit, sia pobre, sia ric, mentre vingui de seguit«. También le tenían como patrona los considerados policía nocturna que había en épocas pasadas en Barcelona.
El gran santuario dedicado a Nuestra Señora del Carmen se encuentra en el Monte Carmelo, en Haifa (Israel), pero … no en el valle del Wadi-es-Siah, sino en el valle conocido como «El-Muhraqa«. Allí se encuentran el monasterio de los carmelitas, una hospedería y un gran mirador.
La fiesta de Nuestra Señora del Carmen es el 16 de julio, ya que según cuenta la tradición, fue el 16 de julio de 1251 la fecha del regalo del escapulario por parte de la Virgen a San Simón Stock.
El Milgro del «Rey del Océano»
Hay un milagro ocurrido en el siglo XIX atribuido a Nuestra del Carmen.
En el verano del año 1845 el barco inglés, «Rey del Océano» se encontraba en medio de un gran huracán. Las olas lo azotaban sin piedad y el fin parecía cercano. Un ministro protestante llamado Fisher en compañía de su esposa e hijos y otros pasajeros fueron a la cubierta para suplicar misericordia y perdón.
Entre la tripulación se encontraba el irlandés John McAuliffe. Al mirar la gravedad de la situación, el joven abrió su camisa, se quitó el Escapulario y, haciendo con él la Señal de la Cruz sobre las furiosas olas, lo lanzó al océano. En ese preciso momento el viento se calmó. Solamente una ola más llegó a la cubierta, la que traía de regreso el Escapulario que quedó depositado a los pies del irlandés.
Durante lo acontecido el ministro había estado observando cuidadosamente las acciones de McAuliffe y fue testigo del milagro. Al interrogar al joven se informaron acerca de la Santísima Virgen y su Escapulario. El Sr. Fisher y su familia se convirtieron en Católicos lo más pronto posible y así disfrutar la gran protección del Escapulario de Nuestra Señora.
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