Biografía de San Willehad de Dinamarca – 20 de junio
Este es uno de los 19 santos mártires de Gorcum, quienes fueron torturados por los protestantes no negar su fe católica.
Historia de San Willehad de Dinamarca
Willehad nació en el año 1482 y vivió hasta los 90 años que fue cuando sufrió el martirio, después de haber huido una primera vez a la persecución de los luteranos en Dinamarca. Desde que era muy joven se consagró al servicio del Señor tomando el hábito y siguiendo la regla de San Francisco de Asís en la Orden de los Hermanos Menores. En muy poco tiempo se convirtió en un auténtico religioso que se distinguió por su santidad.
Un Gran Ejemplo entre los Franciscanos
En el siglo XVI los Hermanos Menores de Dinamarca tenían 15 conventos en los que había decenas de hermanos. El protestantismo se abatió como un rayo sobre los católicos y en parte sobre el Clero. Los Franciscanos defendieron valientemente la fe católica, algunos de ellos sufrieron persecuciones y cárcel, otros afrontaron el martirio, otros en cambio fueron expulsados cruelmente de sus conventos y debieron tomar el camino del destierro, y llegaron a Noruega, Suecia, Finlandia, Laponia y otras regiones nórdicas, donde ejercieron un ministerio apostólico difícil.
Willehad se refugió en Holanda, donde Dios lo preparaba para un nuevo campo de batalla y le reservaba la palma del martirio. Fue acogido en el convento de Gorcum, en este seráfico asilo el prófugo dio ejemplos de virtudes eminentes: era muy pobre, poseía sólo el breviario para rezar el oficio divino; realizaba mucha penitencia, no dormía nunca en el lecho, sino directamente sobre el suelo; ayunaba varias veces a la semana, a pan y agua; sometía su cuerpo a frecuentes flagelaciones.
El rostro de aquel santo parecía tan demacrado que daba la impresión de tener solamente huesos y piel. Todos lo llamaban “el padre penitente”. Fue religioso humilde de corazón, obediente, devoto, asiduo en la oración. Dios lo glorificó con especiales carismas. Aprisionado por los Geusos, en la cárcel siempre se le vio de rodillas; junto con su cohermano San Nicasio siempre era asiduo en la oración. Para él la cárcel, más que una celda, era un templo.
Martírio en Gorcum
Los geusos no respetaron su venerable canicie, de hecho, lo trataban peor que a los demás. De los labios del santo anciano salía solamente esta invocación: “¡Deo gratias!”, frase que él pronunció también antes de ofrecer su cuello a la soga. Así quiso agradecer a Dios por el gran don del martirio. También oró por los mismos verdugos y les agradeció porque le apresuraban la entrada a la patria celestial. San Willehad de Dinamarca era el más anciano del grupo de mártires. El 10 de julio se recuerda el fallecimiento de los 19 mártires, y el 20 de junio se recuerda dentro de la orden franciscana a tan increíble santo, San Willehad de Dinamarca.
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