Biografía de San Simón de Rojas – 28 de septiembre
Santo sacerdote que dió su vida por los cristianos encarcelados, esclavos y privados de libertad en la orden de los Trinitarios. Posteriormente fundó una propia orden para la misma labor.
Historia de San Simón de Rojas
San Simón de Rojas, nacido en Valladolid, España, en 1552, fue un hombre cuyo corazón estuvo lleno de devoción y amor hacia la Virgen María desde una edad temprana. Ingresó al convento trinitario a los doce años y profesó sus votos religiosos en 1572. Durante su tiempo en la universidad de Salamanca, demostró su aguda mente y profundo amor por la fe. Enseñó filosofía y teología en Toledo antes de asumir el papel de superior en varios conventos, donde ejerció su liderazgo con gran sabiduría.
San Simón también fue enviado como Visitador Apostólico a diferentes provincias, donde desempeñó un papel crucial en la supervisión y el fortalecimiento de la fe. En 1612, fundó la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María, una muestra de su profundo amor y devoción a la Madre de Dios.
Fallecimiento de San Simón de Rojas
En 1619, fue nombrado Preceptor de los Infantes de España y, más tarde, confesor de la Reina Isabel de Borbón en 1621. San Simón de Rojas falleció el 29 de septiembre de 1624, dejando un legado de santidad y devoción mariana.
Su vida estuvo marcada por un profundo amor a la Virgen María, inculcado por su madre desde su infancia. Este amor se manifestó en su constante oración, devoción y servicio a los pobres. Fundó la Congregación de Esclavos del Dulcísimo Nombre de María para honrar a la Santísima Virgen y servir a los menos afortunados.
Legado de San Simón de Rojas
San Simón también promovió la redención de esclavos, ayudó a los necesitados y consoló a los enfermos y marginados. Su amor por María se reflejaba en su saludo constante, «Ave, María», que se convirtió en su señal distintiva. Incluso hizo que se inscribiera el saludo en letras de oro en el Palacio Real de Madrid.
Además, compuso un texto litúrgico en honor al Dulcísimo Nombre de María, que luego fue aprobado por el Papa Inocencio XI. Su vida estuvo marcada por la búsqueda de la santidad a través de la imitación de María y la dedicación a los más necesitados.
Las honras fúnebres que recibió tras su fallecimiento se asemejaron a una canonización anticipada, y su proceso de beatificación y canonización fue un testimonio de su santidad. Fue beatificado en 1766 y canonizado por el Papa Juan Pablo II en 1988.
San Simón de Rojas es un ejemplo de amor a María y servicio desinteresado a los demás, recordándonos la importancia de vivir una vida de fe y devoción en honor a la Madre de Dios. Su legado perdura como un faro de amor y servicio en el camino de la fe cristiana.
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