Biografía San Sabas – 5 de diciembre
Uno de los santos monjes más antiguos. Su monasterio se encuentra aún en píe.
Historia de San Sabas
Nació en Turquía en el año 439. Era hijo de un comandante del ejército y desde que el santo era un niño lo dejó confiado a un tío, ya que tuvo que viajar a tierras lejanas. Aquel hombre trataba muy mal a Sabas y por esta razón se fue donde otro tío, pero los problemas no acabaron allí. El segundo tío empezó a pelear con el primero exigiendo que le debían pasar a él la herencia del niño si querían que lo educara, y entonces el joven Sabas, para ya no generar problemas, se fue a vivir a un monasterio.
Luego de un tiempo los dos tíos se arrepintieron de lo mal que lo habían tratado y lo llamaron otra vez a que administrara sus bienes, pero Sabas ya no quería saber nada del mundo terrenal y no quiso volver a él.
Santa Vida como Monje
Después de pasar varios años como monje muy ejemplar en su tierra, tomó la decisión de irse a Jerusalén para aprender la santidad con los monjes de ese país. A unos pocos kilómetros de Jerusalén se hizo una celda, cerca de los otros monjes anacoretas y allí comenzó a vivir una vida de oración y penitencia. Como era el más joven y grande de los monjes, se encargaba de traer el agua desde grandes distancias, trabajaba diez horas al día haciendo canastos para vender y con eso conseguir los alimentos para los más ancianos y débiles. Había días en que tejía diez canastos.
El más estricto y santo de los monjes de los alrededores, San Eutimio, lo invitó a irse a pasar los 40 días de la cuaresma en el desierto donde ayunó Jesús, y a dedicarse allí a ayunar ellos también. Sabas empezó con gran fervor, pero a los pocos días cayó desvanecido de tanta sed, a causa del intenso calor. San Eutimio oró con fe, y apareció por allí cerca un nacedero de agua y así logró no morir de deshidratación. Después de muerto San Eutimio, repitió Sabas muchas veces en su vida, la práctica de pasar los 40 días anteriores a la Semana Santa, ayunando en el desierto donde ayunó Jesús es una terrible penitencia que sólo resisten quienes tienen una gran resistencia física.
Monasterio de San Sabas
Sabas pasó cuatro años seguidos en el desierto sin hablar con nadie. Pero luego empezaron a llegar monjes a pedirle que los dirigiera hacia la santidad y tuvo que dedicarse a ayudarles a conseguir la perfección. Llegó a tener 150 monjes cerca del Mar Muerto. Era una zona árida y hacía falta el agua. Un día el santo vio a un asno hocicar en el suelo, por lo que sabas pidió a los monjes que excavaran en esa zona y apareció una fuente de agua que dio de beber a miles de personas por bastantes siglos.
Cuando Sabas tenía 50 años fue ordenado sacerdote por el Arzobispo de Jerusalén, y nombrado jefe de todos los monjes de Tierra Santa. Con la herencia que le dejaron sus padres construyó dos hospitales.
Viaje a Constantinopla
Fue enviado tres veces a Constantinopla, residencia del emperador, a obtener que este no apoyara a los herejes y que favoreciera la Tierra Santa. La primera vez como iba vestido tan pobremente, los guardias del palacio dejaron entrar a los demás enviados menos a él. Pero cuando leyó la carta del Arzobispo de Jerusalén en la cual le recomendaba a Sabas como el más santo de los monjes, el emperador preguntó por él y tuvieron que ir a buscarlo. Lo encontraron en un rincón, sumido en la oración.
El emperador ofreció a los monjes visitantes que pidieran los regalos que quisieran. Cada uno pidió para sí mismo lo que quiso, pero Sabas dijo que él no deseaba nada para su uso personal, pero que lo que pedía era que el emperador no ayudara a los herejes y que concediera varias ayudas que estaban necesitando mucho en Palestina, y que pusiera un puesto de policía cerca de donde estaban los monjes para que los defendieran de los criminales que solían asaltar en aquellas tierras. El emperador les concedió todo lo solicitado.
San Sabas llegó a dirigir personalmente a muchísimos monjes y entre sus dirigidos hay cinco santos canonizados, entre ellos tenemos a San Juan Damasceno y San Teodoro.
Muerte de San Sabas
Cuando San Sabas tenía noventa y cuatro años de edad era famoso en todo Oriente, y habiendo gastado gran parte de su vida en oración, meditación y dirección espiritual, murió el 5 de diciembre del año 532.
Su monasterio, cerca del Mar Muerto, es uno de los tres monasterios más antiguos que existen en el mundo. La fuente que hizo brotar, todavía surte de agua a los alrededores, y las palmeras hijas de las que él mismo sembró, aún siguen alimentando con sus dátiles a los monjes que allí viven santamente.
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