Biografía de San Francisco Blanco – 8 de enero
El 5 de febrero de 1597, en la ciudad de Nagasaki, Francisco Blanco enfrentó su martirio al ser crucificado junto a otros 22 compañeros.
Historia de San Francisco Blanco
Blanco, originario de las inmediaciones de Monterrey en Galicia, España, demostró desde joven una notable inteligencia y una profunda pureza durante sus estudios en la prestigiosa Universidad de Salamanca. Su devoción y virtud lo llevaron a abandonar una vida convencional para unirse como hermano menor en la Provincia de Santiago de Compostela. Dentro de los muros del convento, su figura se destacaba por su santidad y una inocencia tan pura que muchos lo veían como un ser angélico, alcanzando niveles de perfección espiritual que le valieron el reconocimiento de sus cohermanos, quienes al enterarse de su trágico destino aseguraron que había obtenido tres coronas: la del martirio, la santidad y la inocencia.
Con el apoyo del Padre Ortiz, una figura prominente que ya había dirigido a 16 religiosos franciscanos hacia las tierras de Filipinas, Francisco Blanco consiguió el permiso para integrarse a esta valiente misión, a pesar de encontrarse aún como diácono. Posteriormente, en México, recibió la ordenación sacerdotal. Luego, con sus estudios teológicos culminados en Manila bajo la tutela iluminadora de San Martín de la Ascensión, se dispuso a llevar el mensaje del Evangelio a Japón, donde el destino le deparaba el sacrificio supremo.
Martirio de San Francisco Blanco
Sin embargo, su misión se vio truncada cuando, el 9 de diciembre de 1596 en Osaka, fue arrestado junto a sus compañeros, enfrentando la cruel mutilación de la oreja izquierda. Tras ser objeto de humillaciones públicas, finalmente, el 5 de febrero de 1597, en Nagasaki, encontró su último acto de fe, siendo crucificado por defender sus convicciones religiosas.
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