Biografía de San Esteban Harding – 28 de marzo
Este gran santo es uno de los fundadores de la Orden Cistercience de la Estrecha observancia o la Orden del Císter.
Historia de San Esteban Harding
Esteban Harding vivió entre los siglos XI y XII. Nació en Inglaterra, sus padres eran ricos y nobles, su educación la recibió de los monjes en el condado de Dorset. Al salir de la abadía, viajó a Escocia, a París y a Roma. Se fue a Francia junto a un amigo, en Lyón tuvo noticias del monasterio benedictino de Molesmes, fundado por san Roberto en el año 1076 en Langres. Se encontró allí con el fundador y con Alberico, con quienes más adelante había de fundar la orden del Císter. Los tres tenían el mismo ideal: consagrarse a la oración, la penitencia y la pobreza. Unos pocos hombres se les habían unido, formando una comunidad pequeña, pero admirable. Con la tala de algunos árboles habían erigido un oratorio y con ramas, unas cabañas para descansar. Comían hierbas y raíces y se sentían contentos en la pobreza más extrema en la que vivían.
Fundación de la Orden del Císter
Con el tiempo, el espíritu ascético de la comunidad fue decayendo. Roberto, Albernico y Esteban, y algunos más, abandonaron Molesmes y erraron, buscando un sitio desertico, hasta llegar a la aldea de Citeaux, cerca de Dijon, donde encontraron un bosque muy espeso. Allí se establecieron; levantaron algunas chozas para alojarse y construyeron una capilla, que dedicaron a la Santísima Virgen María. En el año 1098, el 21 de marzo, día que en ese entonces de celebraba a san Benito, quedó fundada la orden del Císter, que es la traducción al español de Citeaux. Roberto fue el abad, Alberico el prior y Esteban el subprior. Pero un año más tarde Roberto regresó a Molesmes, llamado por los monjes, y Alberico murió poco después. De tal modo Esteban fue elegido como el nuevo abad. El problema de Esteban fue que era demasiado exigente, lo que provocó que las vocaciones disminuyeran.
Por inspiración divina le llegó un providencial auxilio. Unos treinta jóvenes se acercaron al monasterio; querían ser admitidos como novicios; los dirigía un joven noble borgoñón, de nombre Bernardo, y los demás eran amigos y parientes suyos.
Crecimiento de la Orden del Císter
A partir de este momento, la orden cisterciense tuvo un desarrollo increíble. De todas partes venían nuevos postulantes con ansias de penitencia y sacrificio. Personas de distintas condiciones y estados fueron las puertas de la abadía. Al poco tiempo ya habían fundado varios monasterios en otras ciudades y localidades.
En 1119 dependían de Citeaux y Claraval nueve abadías, y ese mismo año san Esteban promulgó la Carta de caridad, que reglamenta la vida de la orden cisterciense. Las abadías debían estar fuera de los centros urbanos y ofrecer una imagen de pobreza y sencillez; no tendrían otras tierras que las que pudiesen explotar, y la única ocupación que podían tener los monjes eran la oración y el trabajo manual; sus conocimientos se ceñirían a lo necesario para el sacerdocio. Se suprimiría todo ornato y magnificencia en el culto y los monjes se abstendrían de poseer propiedades o rentas; la comunidad debería sostenerse con el trabajo propio.
Fallecimiento de San Esteban Harding
A pesar de todas estas restricciones, los cistercienses se vieron obligados, por los problemas de la Iglesia y del siglo, a salir de los claustros, para combatir la herejía, para predicar en los países eslavos, para mediar en la lucha entre el Papado y el Imperio, para apoyar las cruzadas. Luego de estar casi completamente ciego, Esteban murió en el año 1134.
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