Biografía de San Antonio de Padua – 13 de junio
Todo católico ha escuchado alguna vez sobre San Antonio, es uno de los santos más conocidos de la historia. Aunque no nació en Padua, se le llama así ya que parte de su vida la pasó allí, aunque también se le conoce como San Antonio de Lisboa.
Historia de San Antonio de Padua
San Antonio fue de los santos más influyentes y que hizo crecer la orden de los Franciscanos en todo Europa.
Niñez y Juventud
En el año 1195 en Lisboa, el caballero portugués Martín de Alfonso tuvo un hijo con María Taveira, lo llamaron Fernando Bulloes y Taveira de Azevedo. Estudió en la escuela catedralicia en donde trabajaba un tío suyo.
En el año 1210, ingresó a la orden de canónigos regulares que se encontraba cerca de Lisboa. Quien lo instruyó en este lugar fue el prior del convento llamado Pedro. Dos años después, las personas cercanas a San Antonio entre los que estaban su familia y amigos, no querían que entrara a una orden, por lo que el santo decidió renunciar a su herencia familiar y se fue al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, en donde realizó sus estudios teológicos y filosóficos.
Ingreso a la orden de los Franciscanos
Luego de un tiempo, la paz en el monasterio se vio afectada ya que el prior del convento fue excomulgado de la iglesia por apoyar al rey Alfonso II, ya que tenía problemas con el Papa Inocencio III. Alrededor del año 1219, cuando ya sacerdote, conoció a unos religiosos franciscanos de un convento nuevo, Fernando quedó impresionado la vida que llevaban aquellos nuevos religiosos y quedó más impresionado aún y con más ánimos de entrar a la orden, cuando fueron trasladados los restos de mártires que había sido torturados en Marruecos.
El noviciado de Fernando fue muy corto, al año de estar en la orden, fue realizada la ceremonia de toma de hábito franciscano y allí fue donde cambió su nombre de Fernando a Antonio. Inspirado en los mártires, Antonio pide que se le envíe a Marruecos para ir a evangelizar y vivir lo que aquellos mártires vivieron, por lo que es enviado junto a Fray Felipe de Castilla.
Ambos frailes llegaron a Marruecos, pero al poco tiempo, Antonio contrajo malaria y paso mal durante un tiempo, por lo que no le quedó de otra que regresar, así que embarco de nuevo con dirección a donde ahora es España para trasladarse a Cambria por tierra, pero una tempestad de fuertes vientos azotó el barco donde iba fray Antonio y fue llevado a la deriva hasta Sicilia en Italia. Se quedó en Milazzo mientras se recuperaba de su enfermedad en donde había un pequeño convento franciscano.
Predicación en Italia y Francia
Un año después en 1221, se convocó a un capítulo de la orden a 3000 franciscanos y fue allí donde Antonio logró conocer a San Francisco por lo que decide no regresar a Cambria y quedarse al servicio de Fray Gracián. Antonio fue enviado a un eremitorio en Montepaolo para recuperar totalmente su salud antes de ser enviado a una misión de apostolado. En 1222 ya recuperado, comienza su misión con una predicación en Forli, luego fue enviado por todo el norte de Italia, recorrió esta zona por varios años hasta que por un tiempo se estableció e Bolonia, ya que recibió el permiso del mismo San Francisco de enseñar Teología a otros franciscanos.
Pasó alrededor de 3 años predicando en Francia por las altas herejías que había en el país, predicó con el ejemplo llevando una vida ejemplar, demostrando su humildad y gran entrega a Dios, lo que dio como resultado la conversión de muchas personas. Luego de un tiempo predicando, se estableció el Limoges, en donde fundó un convento franciscano en una antigua ermita benedictina.
En 1225 se realizó un sínodo en Bourges al cual fue invitado San Antonio por el mismo obispo llamado Simón de Sully, quien quedó impresionado por las palabras del santo y con su ejemplo, por lo que pide ayuda a los franciscanos y a los benedictinos para la evangelización de su diócesis.
Post Muerte de San Francisco de Asis
El 3 de octubre de 1226 fue el día que falleció el fundador y ministro general de la orden, San Francisco de Asís, por lo que el 30 de mayo de 1227 se realiza un capítulo general de la orden para elegir al nuevo ministro general, San Antonio se dirigió al capítulo como custodio de Limoges. Fray Juan Parenti fue elegido y este que conocía muy bien las virtudes de San Antonio, lo nombró como provincial de la región de Romaña en donde había varios conventos franciscanos. Antonio se entregó a su misión y predicó con gran dedicación por todo el norte de Italia, en especial en Vercelli en donde fue muy bien recibido y sus palabras tocaron el corazón de muchas personas, allí fue donde conoció al teólogo canónigo regular Tomás Galo.
En este tiempo, Antonio regresaba a Padua y pasaba bastante tiempo allí, ya que logró fundar una escuela de franciscanos, también escribió muchos de sus sermones más conocidos en Padua. Luego de esto, en más lugares fue fundando más conventos y haciendo crecer mucho más la orden por aquellos países. Todo esto le causó mucho cansancio a San Antonio, sumado a esto, había quedado con secuelas de la malaria por lo que piensa en retirarse.
Retiro de San Antonio de Padua
En el año 1230, en un capítulo general de la orden realizada por el traslado de los restos de San Francisco, Antonio le pide a Parenti que lo retire de su cargo a lo que su superior aceptó, pero antes de retirarse, debía formar parte de una comisión que debía ir ante el Papa Gregorio IX a presentar algunos temas relacionados con la orden y esperaban la aprobación del sumo pontífice. El Papa Gregorio IX quedó impresionado por el entusiasmo y la facilidad de palabra de San Antonio a tal forma que lo llamó “Arca del Testamento”.
Ya retirado, se regresa a Padua en donde continúa predicando y atrayendo a las masas, fue tanto su entrega a la evangelización en este lugar, que posteriormente de le conocería como San Antonio de Padua, aunque también se le llama San Antonio de Lisboa. Vivía en la capilla de la Arcella, que estaba junto al convento de las clarisas, pero el predicaba en el monasterio franciscano de Santa María.
El cardenal Reinaldo dei Segni, le pidió que escribiera una serie de sermones para las fiestas del año litúrgico. Asistían en masa las personas para oír los sermones del santo, quien, mediante ellas, logró la liberación de los presos que había sido capturados por no tener dinero para pagar sus deudas. Con pocas fuerzas y bastante cansancio, Antonio seguía ayudando a los demás, en una ocasión, se fue a dialogar con Ezzelino IV da romano para que liberara a unos paduanos que tenía prisioneros en Verona, aunque no logró su liberación, luego de la muerte de San Antonio, los prisioneros fueron liberados.
Fallecimiento de San Antonio de Padua
Ya con su salud más deteriorada por el viaje a Verona, se retira a Camposampiero para terminar de escribir los sermones y descansar un poco, aun así, las personas seguían llegando para escucharlo. Con casi 36 años, el 13 de junio de 1231, Antonio sufre un colapso y pide ser trasladado a Padua para fallecer tranquilamente, pero la multitud los seguía por lo que tuvieron que detenerse en Arcella para recibir la unción de los enfermos y recitar los salmos penitenciales justo antes de fallecer. La canonización del santo fue 1 año después.
Milagros de San Antonio de Padua
San Antonio es conocido por varios milagros, entre los que podemos destacar 3. En una ocasión, un hombre se burlaba de él y de Dios en la eucaristía, así que dejo de darle de comer a su mula durante 3 días, luego la llevó al templo donde estaba Fray Antonio para que viera como la mula al estar frente a la Eucaristía, decidía irse hacia el pasto, San Antonio estaba parado frente al animal con el santísimo en manos y la mula, para sorpresa de aquel hombre y de todos los presentes, decidió hincarse sobre sus patas delanteras.
También se conoce que, en algún momento, el niño Jesús se le apareció a San Antonio, quién los sostuvo entre sus brazos. San Antonio es el patrón de los objetos perdidos, el origen de esto se remonta a cuando un novicio del convento le robó el salterio a Fray Antonio, quien se puso a orar para recuperar su Salterio, aquel joven regresó para devolver el objeto robado, ya que había tenido una visión horrible sobre lo que le pasaría.
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